ONU: derechos y choques

Las organizaciones religiosas conservadoras hace tiempo que trabajan en la ONU para frenar las nuevas interpretaciones de términos como “familia” y “matrimonio”, consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

A juzgar por el apoyo recibido en 2016 por los partidos conservadores, el mundo parece inclinarse hacia interpretaciones restrictivas, en contraposición con los avances registrados en los últimos años, como la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la protección de los derechos de la comunidad LGBTI. Y al parecer, los enfrentamientos por ampliar o reducir el alcance de esos conceptos parecen recrudecerse este año.

Como suele ocurrir en la ONU (Organización de las Naciones Unidas) y Washington, la presión de los grupos religiosos conservadores suele ocurrir tras bambalinas y el éxito se mide en términos de si se adoptan o no políticas sociales más progresistas.

Dos de las organizaciones más activas son el Congreso Mundial de Familias (WCF, en inglés), con sus históricos vínculos con gobiernos africanos, de Europa oriental y el ruso, además de dirigentes estadounidenses conservadores, y la Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF), con muchos logros obtenidos en la defensa de los derechos judeocristianos en tribunales internacionales. Los dos grupos presentan su estatus consultivo dentro de la ONU como clave de su reputación.

El director de WCF, Larry Jacobs, señaló que en el actual contexto político, su organización y sus partidarios se sienten optimistas. “Desde hace 50 años se promueve una fundamental negación de la necesidad de la familia”, explicó refiriéndose a la diversificación de la estructura familiar, distinta del modelo nuclear tradicional que defienden los conservadores. “La mayor parte de eso forma parte de la agenda de grupos favorables a una revolución sexual”, opinó. “Creo que uno de nuestros mayores éxitos es proteger el artículo 16.3 (la familia es la unidad grupal natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado)”. “Otros grupos tratan de redefinir los mandatos existentes en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU; la idea de que la familia es ‘natural’ es uno de nuestros mayores éxitos”.

El papa Francisco coincidió, cuando en su discurso en la ONU describió a la familia como “la principal célula de cualquier desarrollo social”, recordó. “El papa aboga por la aceptación y la tolerancia de la homosexualidad, pero nunca apoyó a la familia no nuclear o a la fluidez de género”, observó.
WCF coordina a organizaciones conservadores y ha estado vinculada a grandes cambios de políticas ocurridos en distintos países, como la ley rusa que prohíbe promover las “relaciones sexuales no tradicionales” y las políticas húngaras “favorables a la familia”.

Esas iniciativas se relacionan con la mayor persecución y violencia contra personas LGBTI.

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