Obstrucción al rescate de niñas
Ini Ekott. IPS
La búsqueda de las niñas y adolescentes secuestradas en Nigeria por el grupo islamista extremista Boko Haram está en peligro tras una serie de desencuentros entre funcionarios del Gobierno. El más reciente de ellos fue un enfrentamiento público entre el Presidente y el jefe de las Fuerzas Armadas.
Boko Haram, cuyo nombre significa “la educación está prohibida”, secuestró el 14 de abril a 300 niñas y adolescentes de un centro secundario en la ciudad de Chibok.
El rapto desató una campaña mundial y un movimiento masivo en los medios de comunicación sociales con el hashtag en Twitter #BringBackOurGirls (devuelvan a nuestra niñas). Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Israel enviaron expertos a Nigeria para ayudar en el rescate.
La falta de una política clara podría ser la razón por la cual se informó que Boko Haram raptó al menos 20 mujeres de la comunidad Garkin Fulani, un asentamiento nómada próximo a Chibok. El grupo tiene una ideología fundamentalista religiosa y pretende fundar un Estado islámico en el norte de Nigeria.
Poco se sabe de la última incursión, ya que ni los militares ni el Gobierno comentaron sobre el ataque. Pero testigos locales dicen que hombres armados se llevaron a las mujeres en camiones, el 5 de este mes. Ahora que disminuye la atención que el mundo le prestó al secuestro del 14 de abril, el Gobierno parece dar marcha atrás en sus intentos de rescate. Pero talvez lo que podría considerarse el primer traspié del Gobierno se produjo solo dos días después del secuestro cuando el Ejército afirmó haber liberado a todas las chicas, salvo a ocho. La afirmación tuvo que modificarse cuando la directora de la escuela en cuestión se quejó.
Los funcionarios del Gobierno central y locales discrepan sobre la cantidad de niñas secuestradas, con cifras que oscilan entre menos de 100 y cerca de 300.
Sin embargo, el Ejército anunció el 26 de mayo que sabía dónde se encontraba el primer grupo de colegialas secuestradas. Pero Abuja no actualizó la información oficial al respecto y sus funcionarios se limitan a declarar que “los esfuerzos continúan, el Gobierno está haciendo todo lo posible para liberar a las chicas”. A lo largo de esta segunda semana de junio, voces críticas afirmaron que las Fuerzas Armadas dedican tiempo valioso a perseguir a los medios de comunicación, ya que los militares confiscaron periódicos y acusaron a la prensa de socavar la seguridad nacional con la cobertura que hace de los secuestros.
Pero los militares aseguran que su asedio a los medios de comunicación es una “operación de seguridad”, y niegan que esté relacionado con el contenido de las noticias.
Pero una aparente división entre el Presidente y el Comandante militar sobre la táctica para liberar a las niñas también podría obstruir esos esfuerzos. Para los nigerianos, esta aparente división subraya la histórica falta de una estrategia coherente contra Boko Haram, que mató a más de 12 000 personas en los últimos cinco años.