Sabroso viaje de Barack Obama

Mientras otros presidentes afrontan problemas en norte, sur y centroamérica, el presidente usamericano Barack Obama llegará hoy a la Habana y permanecerá hasta el martes en Cuba, el antiguo enemigo de USA, recibiendo aplausos, intercambiando discursos con el gobernante Raúl Castro, consolidando -hasta donde es posible- las nuevas relaciones y presenciando un partido de beisbol entre la selección cubana y el club estadounidense Tampa Bay.

El gobernante afroamericano llegará a la isla bien acompañado por su esposa Michelle, sus hijas Flasha y Malia y, claro, por Marian Robinson, la suegra que no se ha perdido los buenos viajes de su querido yerno. Por supuesto, los visitantes se darán un baño de popularidad por las calles de la vieja Habana y Obama conversará con ciudadanos cubanos, entre los que constarán varios disidentes, incluyendo a la bloguera Yoani Sánchez.

El viaje, por cierto, es interesante. El presidente republicano John Calvin Coolidge realizó la anterior visita a La Habana, hace 88 años (1928). Las relaciones de Estados Unidos con Cuba se interrumpieron luego del triunfo de la revolución cubana en 1959. El gobierno castrista expropió los bienes estadounidenses y Washington decretó el bloqueo comercial a Cuba. Los dos países fueron adversarios hasta que el 17 de diciembre del 2015 se acordó el restablecimiento de las relaciones. Respecto al futuro, si en las elecciones presidenciales triunfa Hillary Clinton todo seguirá igual. En cambio los precandidatos republicanos se manifiestan adversos a la aproximación con Cuba y critican a Obama por su actuación anotando que la isla se violan los derechos humanos y no hay ninguna oferta en contrario respecto al futuro. Nada de elecciones libres o de un periódico independiente. Varios analistas anotan que la falta de un sector privado luego de la revolución ha influido en la difícil situación económica isleña. La mayoría de empresarios se instaló en Miami. Miles de cubanos siguen en pos de Florida, temiendo que la nueva relación les impida llegar a los Estados Unidos.

Mientras tanto no faltan los gobernantes con problemas. El caso brasileño va a la cabeza en ese aspecto, luego de que la presidenta Dilma Rouseff nombró jefe del gabinete al ex presidente Lula, el personaje más destacado de la política de ese país. Los opositores acusan a Dilma y Lula de que buscan eludir las acusaciones con esa maniobra y el gigante país sudamericano enfrenta la posibilidad de que la presidenta termine mal su período. En el Ecuador, la crisis económica afecta al presidente Rafael Correa, quien -luego de ocho años de altos ingresos, especialmente por la exportación petrolera- pasa por malos momentos por la falta de recursos económicos disponibles cuando le falta algo más de un año para terminar su segundo período. Eso sucederá en mayo del 2017 y Correa reitera en sus intervenciones que no intervendrá en la próxima elección presidencial.

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