Nuevo enfoque gerencial

rsalas@elcomercio.org

Aunque estemos conscientes que debemos hacer cosas distintas en nuestras empresas para obtener mejores resultados en una nueva realidad donde la volatilidad, incertidumbre e hipercompetencia, junto a cambios tecnológicos veloces es parte de lo normal, a veces nos cuesta identificar qué cosas cambiar. Además de reconocer que hoy los temas sociales y ambientales son tan críticos como el generar valor económico, es fundamental reconocer otros elementos que hacen la empresa sustentable en el largo plazo.

Esto me recuerda una gran diferencia entre sostener y sustentar. Lo primero requiere una fuerza externa para sostener algo. Lo segundo requiere un fenómeno intrínseco que al darse las condiciones siempre ocurre, como el principio de Arquímedes que hace flotar pesados barcos, o el efecto de Bernoulli que hace volar a enormes aviones.

En el caso de las empresas, ese fenómeno no está en la física, sino en la Gerencia, y la forma en que se la practica.

Sugiero cuatro elementos que la práctica gerencial debería enfatizar: Entender los cambios, Pensar diferente, actuar ágilmente, y ganar Resiliencia.

Entender los cambios sugiere discriminar tendencias con momentum de modas pasajeras. Ver en las tendencias los impactos positivos o negativos en la empresa, y saber subirse o alejarse de estas olas. Un mercado con momentum, hará que sus esfuerzos sean más eficaces.

Pensar distinto es fundamental para crear ideas e innovar. Algo curioso de Amazon por ejemplo, es que no tiene un negocio central, pero sí una capacidad sin igual de saber identificar oportunidades basadas en sinergias y tecnologías que pocos pueden emular, viendo las oportunidades con óptica diferente.

La Agilidad no debe ser una cualidad, sino un método de trabajo. De hecho hoy se capacitan las empresas en metodologías ágiles para resolver problemas crónicos de los clientes y usuarios, o crear nuevos negocios, con equipos multidisciplinarios y células de trabajo que desafían las jerarquías tradicionales.

Por último, debemos reconocer que no siempre tendremos éxito, podemos equivocarnos, llegar tarde a una oportunidad o simplemente no la vimos. Debemos estar preparados para el fracaso, y que éste, más que deprimirnos, sirva para aprender y fortalecernos. La resiliencia requiere compartir los liderazgos, promover equipos autónomos con alto nivel de cohesión, lo que exige vasos comunicantes profundos dentro de la empresa.

Todo lo anterior debe estar apoyado por la gestión de impactos sociales y ambientales de procesos y decisiones, soportado por un gobierno corporativo eficaz. Esto es, que facilite la estrategia, procure el mejor talento, gestione los riesgos y proteja los principios y valores centrales. Así las probabilidades de éxito se elevan, para flotar y volar aun en aguas o vientos turbulentos.

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