El sábado 6 de agosto de 1960, diario EL COMERCIO reseñó así la inauguración del nuevo aeropuerto: “El terminal aéreo del Campo Mariscal Sucre está considerado como uno de los más modernos; reúne las características funcionales necesarias para ofrecer un eficiente servicio y comodidad a los viajeros que llegan o salen de Quito utilizando la vía aérea”.
La noticia, destacada en la parte superior del Diario, con una foto a cuatro columnas, fue titulada así: ‘El terminal aéreo y la avenida del Sesquicentenario se inaugurarán hoy’. Fue hace casi 53 años, un aeropuerto no generaba tantas expectativas y ni Quito, ni la Sierra, eran tan importantes para el comercio exterior.
Hoy la situación es diferente, una terminal aérea moderna es fundamental en la economía, especialmente para la capital de los ecuatorianos que representa alrededor del 15 por ciento del PIB nacional.
En la época tampoco existían las preocupaciones de hoy, especialmente por la movilidad. La avenida del Sesquicentenario, de acuerdo con la información, conectaba el moderno edificio con la carretera Panamericana.
Se supone que se trataba del tramo final de lo que hoy es la avenida Amazonas, que entonces unía a la terminal aérea con El Labrador, la parte final de la avenida 10 de Agosto y el inicio de la Galo Plaza Lasso.
La noticia del 6 de agosto de 1960 no tenía la preponderancia que hoy tiene el nuevo aeropuerto Mariscal Sucre. En la parte superior de EL COMERCIO se lee también que ‘El presidente electo (José María Velasco Ibarra) viene hoy a Quito y otro titular que dice ‘Se han creado 1 240 cargos de profesores primarios en el país’.
El día anterior a la publicación se había inaugurado el moderno Hotel Quito con una imagen (también a cuatro columnas) de la “monumental fachada” captada momentos antes del arribo del presidente Camilo Ponce Enríquez.
Eran otros tiempos, con problemas diferentes. En la actualidad Quito, una de las primeras ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad, se ha convertido en una de las más pobladas del país, con alrededor de 2 millones de habitantes, y una de las más visitadas de América.
El vetusto aeropuerto hacía muchos años que había cumplido su vida útil, pese a que fue sometido a constantes reformas a medida que aumentaba el número de pasajeros. Ya no aguantaba más, terminó por saturarse y las autoridades consideraron que había que construir uno nuevo.
Ahí está Tababela, donde no será posible que se construyan edificios y viviendas a su alrededor, como ocurrió con el viejo Mariscal Sucre. ¿Será difícil y tortuoso llegar? Por supuesto que sí, pero como dijo el alcalde Augusto Barrera, si no cambiamos el chip será más difícil acostumbrarnos a este cambio radical de que ya no tenemos un aeropuerto a la vuelta de la esquina.