No negociar migajas

No escuché a Correa ayer 10 de agosto. Leeré su mensaje. Vergonzoso el mensaje del 10 de agosto del 2009, cuando citó frases de García Moreno -que según él lo inspiran- pero expresó que eran de Eloy Alfaro. Ignorancia de a quien le pasaron las frases y las repitió irresponsablemente. Pienso con Montaigne que “nadie está libre de decir estupideces, lo malo es que se las diga con énfasis”.

Sé que Correa hizo referencia a mis críticas al contrato de Petroecuador con Ivanhoe, en que por orden suya se le entregó a esa empresa controlada por quien fue prontuariado en EE.UU., el bloque 20 de la Amazonía, de crudos pesados y no pesados, responsabilizándose el Estado de los costos en 30 años, cuyo actual vicepresidente de Operaciones es hermano del ministro Wilson Pástor. Realmente contrato gansteril.

Pero, no voy a desviarme de la orientación inicial de este artículo.

Reclamo a las autoridades universitarias engañadas por el Gobierno, por negociar solo palabras, de menos o más, en el proyecto de Ley de Educación Superior. Sentí dolor cuando querían influir sobre legisladores para que voten el proyecto ‘consensuado’ con Fernando Cordero. Unos asambleístas se allanaron -en algunos casos habrían sido por específicos ‘toma y daca’- otros no. Correa sentenció -una vez dado el resultado fraudulento- “no cumplieron el acuerdo. No hubo los votos ofrecidos, por eso se vetarán las modificaciones introducidas”. “Toma y daca” fallido. ¿Qué van a hacer los rectores? ¿Pedirán migajas a Alexis Mera para algo arrancarle a Correa? Quiero creer en la dignidad de ellos, pero sobre todo en la vocación montalvina de maestros y alumnos. “Desgraciado el pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo”.

Otra ley. El 1 de abril del 2009, cuando sin debate se modificó la ley del IESS, con la introducción fraudulenta de reformas, escribí: “Por Ley incumplida por Correa y los anteriores gobiernos, no se ha venido pagando la remuneración básica para los trabajadores en general -entonces USD 218- como pensión mínima del IESS para toda clase de pensionistas, Correa, supuestamente para poder pagarla, la ha disminuido al 50% -entonces USD 109-. La Ley ordenaba la revisión anual por el incremento del fondo de pensiones -mediante cálculo actuarial- Correa ha impuesto el tope de revisión en la inflación del año anterior, con el falso supuesto que las actuales son pensiones de dignidad, cuando la mayoría son de miseria”.

¡Qué bueno que en la Asamblea se trabaje la reforma! Los fondos del IESS no deben ser solo la suculenta caja del Gobierno central -sus actuales deudas, sumando inversiones y deudas no pagadas superan el 60% de los activos de créditos del IESS- sino privilegiar sus prestaciones, y los incrementos de las pensiones jubilares.

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