El miércoles 19, en Madrid, Alan García, Álvaro Uribe y sus cancilleres firmaron el TLC con la Unión Europea mientras que Rafael Correa observaba.
Lima y Bogotá apuestan al crecimiento sostenido de sus economías, sustentado en las exportaciones, sobre todo a los mercados desarrollados, y al incremento de la inversión privada, nacional y extranjera. El TLC asegura que ningún país podrá vender a la UE con un arancel más bajo que ellos.
El primer episodio de la serie, ya lo vimos. Se negoció un TLC con los EE.UU. Alejandro Toledo se allanó ante los inconvenientes de último minuto y cerró las negociaciones en diciembre de 2005; el TLC fue ratificado por el Congreso de los EE.UU. dos años después y entró en vigencia en febrero 2009.
Colombia se demoró más en negociar, cerró en febrero 2006; pero la ratificación por el Congreso de EE.UU. está en el limbo.
El Ecuador se retiró de las negociaciones. El Ecuador tiene una estrategia heterodoxa. Considera que acatar las normas de propiedad intelectual contemplados en los TLC con Washington y Bruselas son un obstáculo al desarrollo. El Gobierno estima desigual el comercio entre el centro y la periferia; prefiere el comercio con los países de menor desarrollo, en particular de la región. Harto difícil de imponer esa tesis, cuando todos los países latinoamericanos en la Costa del Pacífico han cerrado TLC con los EE.UU.
Adicionalmente, está la estrategia delineada en el Plan del Buen Vivir: industrialización vía inversión estatal en fábricas que produzcan insumos industriales. Lo cual requiere protección.
El Plan es contrario a la agroindustria: flores, banano camarón, atún, por considerar que el valor que agregan esas actividades es a lo sumo igual, sino inferior, al deterioro ambiental que causan. Con una metodología que introduzca el parámetro ambiental, no agregan sino que restan valor. Y estas son las actividades principales beneficiarias de los TLC.
La Cancillería busca que Bruselas y Washington negocien tratados de acuerdo con los lineamientos que Quito considera adecuados. Habrá conversaciones, quizá se firmará algún documento; pero las dos principales economías del mundo no van a cambiar la manera de relacionarse con los países en desarrollo porque así lo exige Ecuador.
En el corto plazo continuarán las exportaciones de esos rubros gracias a las preferencias unilaterales, SPG y Atpdea; pero tarde o temprano, las preferencias no se prorrogarán.
Cuando se estanquen y declinen estas exportaciones ante la pérdida de acceso a los mercados, ¿que podrá mostrar el Gobierno como éxito que compense esa pérdida? ¿Dirá a los agricultores y pescadores que se dediquen a los cultivos y pesca de subsistencia, para lograr la autosuficiencia alimentaria?