Tuvieron a disposición todo lo indispensable para hacer un gran gobierno y pasar a la historia como líderes democráticos. Pero desperdiciaron la gran oportunidad que les brindó la vida, por dedicarse a acumular poder sin ton ni son. Hablan de revolución, pero en los hechos han instaurado en el país lo que denomino una neo- dictadura, cuyas características explico:
1. Mientras los líderes sabios y democráticos respetan y defienden la ley, los neodictadores la quebrantan a su antojo: forjan constituciones y leyes para gobernar según su regalada gana.
2. En tanto los líderes sabios y democráticos respetan y defienden escrupulosamente la independencia de las distintas funciones del Estado, los neodictadores manipulan, sojuzgan y controlan la Asamblea Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejo Electoral, etc., y toda institución pasa a ser subyugada.
3. Al contrario de los líderes sabios y democráticos que protegen y respetan cabalmente la libertad de opinión y a la prensa libre, los neodictadores las atacan y acosan sistemáticamente, y amenazan a los discrepantes.
4. Al revés de los líderes democráticos y sabios, quienes llevan adelante elecciones libres, garantizan la pulcritud de campañas y resultados, y compiten en condiciones iguales con los otros candidatos, los neodictadores son eternos candidatos que abusan de su posición y de todos los medios materiales, económicos y publicitarios del Estado para convertir a las elecciones en una farsa en la que tienen todas las ventajas, para ganar mañosamente ocasión tras ocasión. Además, ¡se enorgullecen de ganar así!
5. Los líderes democráticos y sabios apelan al diálogo, los acuerdos pacíficos y la sinergia. Los neodictadores si bien en principio usan fuerza represiva mínima, en cambio hacen apología del odio y la lucha, aplicando gran violencia verbal y publicitaria contra quienes les cuestionan de algún modo.
6. Los líderes sabios y democráticos se saben simples mortales, con errores y flaquezas incluidas, y por eso aceptan, fomentan y permiten la alternabilidad de otros dirigentes en el poder. Los neodictadores promueven un patético culto a su personalidad, y actúan como dueños de la verdad y elegidos divinos, como los únicos capaces de conducir a sus naciones, y hasta creen merecer el cargo de gobernantes vitalicios.
Se puede comprobar fácilmente cuánto abuso, desatino, mediocridad y acto oscuro causan las neodictaduras: borran con el codo de sus arbitrariedades, sus innegables aciertos.
Un ejemplo: pedir la amnistía para Dahik lastima a la Patria, a la memoria histórica y a la decencia, es un horrendo despropósito. Ante tanta desverguenza del poder, no veo otro camino que el recurso no violento de la desobediencia civil.
En voz alta digamos: ¡Basta de neodictadura! ¡Basta!