Es la primera vez, en la historia del futbol nacional, que la selección está integrada por tantas figuras de extraordinaria trascendencia internacional; en ocasiones anteriores eran pocos los futbolistas que destacaron en el exterior, pero que contribuyeron, junto a valiosos deportistas que brillaban en conjuntos locales, a la participación de la tricolor en cuatro campeonatos mundiales previos. Los actuales, herederos de este afán de triunfo y gloria para ellos y para el país son, en su mayor parte, jóvenes de orígenes humildes con condiciones innatas de atletas privilegiados por la naturaleza, cuyos corazones laten fortalecidos por el profundo amor a la tricolor que con honor y orgullo la lucen en diversas latitudes de América y de Europa. Han logrado el éxito, con sus equipos, en campeonatos internos y en eventos continentales. Con justicia, han sido aclamados, enaltecidos y generosamente premiados; sin embargo, la ilusión de defender los colores patrios ha vencido los obstáculos de los largos y molestosos viajes, concentraciones y continuos desplazamientos.
En el año 2020, la selección atravesaba por un mal momento, un entrenador holandés se negó a venir al país, pese a que aceptó, en un inicio, ser director técnico del elenco nacional. Se contrató a Gustavo Alfaro, argentino trabajador, capaz, experimentado y gran caballero. Recorrió el país y armonizó un equipo de recambio con los mejores jugadores, que constituían una base tradicional, fortaleció al grupo con nuevas figuras, y alcanzó el cuarto mundial. La brillante gestión de Alfaro estructuró, en gran parte, el elenco que hoy nos representa.
Se produjo un desacuerdo entre la FEF (Federación Ecuatoriana de Fútbol) y Gustavo Alfaro; penosamente no se renovó el contrato. Llegó entonces el español Félix Sánchez Bas, que alcanzó un rendimiento del 59%, en su dirección. Le sucedió el actual entrenador, Becaccese, que ha alcanzado 4 victorias, 5 empates y 1 derrota, Su rendimiento hasta el momento, es del 56, 66%. Son resultados satisfactorios.
La alegría de la quinta clasificación al torneo futbolístico más importante del mundo, llena las almas de los ecuatorianos y se convierte en un oasis momentáneo de fraternidad, tranquilidad y paz, en medio de este atribulado país.
Como es de esperar, abundan las opiniones de periodistas, ex seleccionados y en general de aficionados a este deporte de gran raigambre; pocos, muy pocos, están conformes con la continuación del actual director técnico. Muchas son las críticas que se expresan, motivadas en actitudes muy cuestionables del cuerpo técnico, tales como la de citar a “sparrings” (jugadores jóvenes) que ni siquiera han debutado en sus equipos y desplazar a deportistas, que han venido invitados, desde países lejanos, con el anhelo de jugar en la selección, en un irrespeto total que se extiende a otros seleccionados, que son parte de planteles profesionales locales, a los que se les ha obligado a permanecer en la banca de suplentes, mientras el técnico experimentaba, en encuentros importantes, con prospectos desconocidos. También se cuestiona la ausencia de un centro delantero (9), como causa de la carencia de goles que ha llevado a mantener empates que debieron ser victorias. Ha llamado la atención la absurda convocatoria a tres delanteros lesionados, que no pudieron participar y fueron reemplazados con improvisados poco efectivos, en lugar de examinar y brindar oportunidades a goleadores destacados en el torneo nacional como Miguel Parrales, Elian Caicedo, Daniel Valencia, Michael Estrada, o los que juegan en el exterior, con mucho renombre, como Carlos Garcés, de gran actuación en el Perú ó Ronie Carrillo que regresa al Ecuador desde Brasil. Indudablemente, debe mantenerse al goleador nato de la selección, Enner Valencia, pero buscar substitutos para poder afrontar el campeonato mundial con la esperanza de conseguir goles y triunfos.
Sobresale nítidamente la defensa del equipo tricolor, considerada como la mejor defensa de América, la línea media es muy buena, pero la delantera deficiente. Esta realidad es resumida en frases de uno de los mejores comentaristas deportivos del Ecuador: “Una selección nacional excelente, como la nuestra, no se merece tener, en el mundial, un entrenador como Becaccese” “Esta generación merece un técnico con mayor jerarquía”
Ex seleccionados manifiestan que “el tema empresarial prioriza a lo futbolístico” Nosotros aspiramos a que esta sentencia sea errónea por el bien del deporte ecuatoriano y por la enorme calidad de nuestros futbolistas, que se acercan a la excelencia, especialmente en la parte defensiva. Este grupo excepcional puede hacer brillar a cualquier director técnico que tenga la gran suerte de dirigirlos, como tiene el actual, porque a través de ellos va a alcanzar la gloria y el prestigio que nunca lograría con otro conjunto diferente.