El otro mundial local
Mientras los ojos están en el Mundial de Fútbol Brasil 2014, aun cuando el Ecuador fuera eliminado, acá pasan muchas cosas. Se aceleran los procesos de aprobación que habían demorado durante años, el caso de la Ley de Aguas, y otros proyectos. El sector oficial legislativo está en carrera contra el tiempo para tratar el Código Monetario Financiero, documento complejo que tiene 516 artículos y que se pretende aprobar en 30 días dada su condición de urgente económico.
Tras definir rápidamente las enmiendas a la Constitución y poner en consideración de la Corte Constitucional, están empeñados que pronto se entregue su pronunciamiento, mientras esta institución ha demorado largamente demandas de organizaciones sociales. Sus prioridades están en las demandas del Estado y no de los ciudadanos por las respuestas o demoras que exhiben. Casos concretos: Decreto 16, Ley de Comunicación y otros.
Mientras se mira cómodamente el mundial de fútbol, acá estorba la Constitución de derechos, garantías y justicia que esta administración aprobó en Montecristi en el 2008 y le hicieron ratificar al pueblo. En esa época hablaron de la mejor Constitución del planeta y que duraría 300 años, pero hoy incomoda a los designios del poder. Hicieron soñar con la participación ciudadana y resulta que esto no funciona aun cuando se creara una nueva función del Estado, pero en la práctica no responde a las inquietudes de la gente e incluso aquellos que se prestaron como veedores terminan enjuiciados por no someterse al poder.
Lo que sucede es que la Constitución de derechos y justicia que tanto reivindicaron (basta revisar discursos anteriores) hoy resulta una camisa de fuerza. Por principio de respeto al pueblo, si se le convocó para que apruebe la Constitución en septiembre del 2008, lo correcto es que sea el mismo pueblo el que se pronuncie sobre los cambios que se intentan imponer por otra vía.
Antes de la aprobación se hicieron observaciones de forma y de fondo, que nunca tomaron en cuenta. Ese fue el caso de FF.AA. Hoy pretenden rectificar y volver al pasado, como yapa a lo principal: la ansiada reelección indefinida. El caso de forma del art. 372 sobre la seguridad social que consta como recursos provisionales cuando lo correcto era previsionales.
En Montecristi cambiaron, suprimieron y eliminaron principios en el tema de seguridad para luego reformar la ley, que curiosamente la Constitución tiene que adecuarse a la norma de menor jerarquía, como un recurso apremiante para utilizar a las FF.AA. Esto ya estuvo en la Constitución del 98 pero como todo lo anterior no servía hasta que se dan cuenta de los crasos errores cometidos. Se pretende garantizar las pensiones de retiro a los militares y ¿por qué no se hace con los jubilados civiles del IESS? ¿Eso es igualdad ante la ley o se les quiere contentar frente a las inquietudes existentes?