Cientos de organizaciones de base se reunieron en el Foro Social de Estados Unidos 2010, para discutir alternativas a la criminalización de los inmigrantes indocumentados y a la militarización de la frontera con México.
Las resoluciones adoptadas durante la Asamblea del Movimiento Popular el jueves incluyeron un llamado a cancelar los programas que facultan a autoridades estaduales y locales a aplicar leyes federales contra el ingreso de indocumentados que puedan suponer una amenaza para la seguridad pública.
Críticos señalan que estos planes en realidad son usados para facilitar el arresto en masa de inmigrantes, muchos de ellos encarcelados por faltas menores.
Los activistas en el Foro Social, en Detroit, abogaron por la aprobación de Ley del Sueño Americano, que regularizaría el estatus de estudiantes extranjeros indocumentados.
Las organizaciones sociales en Detroit criticaron el borrador de la “completa reforma inmigratoria” propuesta por el senador Chuck Schumer, del gobernante Partido Demócrata, que entre otras cosas endurece los controles en la frontera, así como las políticas adoptadas hasta ahora por la administración de Obama.
“Las propuestas del Gobierno nunca atenderán las necesidades de nuestras comunidades. Se necesitará mucho más que una legislación”, dijo Arnoldo García, director del programa de justicia migratoria y derechos humanos de la Red Nacional para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados.
“Lo que estamos imaginando en las discusiones es qué tipo de relaciones tendrán las personas con el Gobierno. ¿A quién acudirán si quien comete el abuso es quien se supone debe protegerlos? Y el Gobierno es el principal abusador”, sostuvo.
El estado de Arizona, fronterizo con México, es considerado “la zona cero” de las violaciones a los derechos humanos debido a la reciente aprobación de la ley que criminaliza a los inmigrantes sin documentos y a cualquiera que le brinde asistencia.
Otros grupos subrayaron la importancia de comprender las raíces de la inmigración y las fuerzas internacionales que impulsan el movimiento de personas, entre las que destacaron las políticas militares y los acuerdos comerciales de Washington. Colin Rajah, coordinadora del Programa para los Derechos de los Inmigrantes, sostuvo que EE.UU. no estaba solo. Hay tendencias hacia la criminalización y explotación de los inmigrantes en todo el mundo, apuntó. Ejemplo: el Plan Mérida entre México y Estados Unidos para frenar el narcotráfico en la frontera, que financia Washington.
“El Norte global, especialmente representado por EE.UU. y Europa occidental, usa su poder para que los países del Sur vigilen sus fronteras y aporten mano de obra inmigrante”, añadió.