De manera extensa hemos analizado a través de esta columna la problemática económica y financiera por la cual están atravesando algunos países de la Euro Zona. Hemos planteado la necesidad de que se elabore un plan de estabilización y crecimiento para que de manera integral solucione en el mediano plazo los problemas que aquejan a los países en crisis.
Así mismo, hemos mantenido que al centro del problema está el euro introducido sin una adecuada institucionalidad que cumpla con los requisitos que se necesitan para que funcione una zona monetaria óptima. Bastaría comparar el marco dentro del cual circula la moneda única en los Estados Unidos para copiar la institucionalidad que la respalda.
El dólar circula entre los estados miembros de la unión sin problemas a pesar de las diferencias productivas entre ellos. Hay estados cuyas principales actividades son las agrícolas, otros son industriales, algunos son centros de servicios financieros, y hay estados en donde se asienta la nueva economía del conocimiento y en todos circula el dólar como moneda única.
Esta situación se debe a que las condiciones que se necesitan para que exista una zona monetaria óptima están presentes. Hay una estrecha relación comercial entre estados, lo que también está presente en Europa. En los Estados Unidos el sistema financiero nacional está integrado, regulado, supervisado y protegido por instituciones nacionales que han funcionado a través de los años.
En Europa esta realidad no existe. En tercer lugar, se requiere de una institucionalidad fiscal que abarque a toda la zona monetaria única para aplicar políticas que consideren las diferencias entre países. Esta institucionalidad central debe tener ingresos propios y la facultad de emitir obligaciones. En los Estados Unidos bonos del Gobierno financian el presupuesto federal.
En el caso de Europa, cada país, esgrimiendo el concepto de soberanía, tiene su propio presupuesto que lo administra sin ninguna supervisión violando las reglas de los tratados. Finalmente, en los EE.UU. si un estado entra en dificultades sus habitantes pueden conseguir empleo en otros estados. Es decir existe una gran movilidad laboral.
En Europa los trabajadores que quieren buscar empleo en otros países enfrentan problemas de idioma y culturas. Además, como no existe una seguridad social única como parte de la institucionalidad social, el trabajador que se moviliza no puede continuar acumulando ahorro para su jubilación por lo cual la movilidad se restringe agravando el desempleo en las zonas deprimidas. Bastaría en Europa implementar el marco institucional dentro del cual se asienta la zona monetaria óptima de EE,UU. con el dólar como moneda única para salvar al euro.