La 71 Asamblea General de la ONU, de estos días, concentro la atención de los 135 países en los temas de inseguridad e inestabilidad que aquejan al mundo, destacándose el terrorismo internacional, la incontenible acción bélica expansiva del Estado Islámico y la migración que giran en torno a Siria en el fracasado intento de lograr una solución al conflicto; así como otros temas como el intervencionismo e inseguridad fronteriza de los países.
Temas a través de los cuales se develó la rivalidad existente entre las grandes potencias; al punto de que la ausencia del presidente de la Federación Rusa, no fue traba para que el presidente Obama manifestara en su intervención que Rusia intentaba recuperar su gloria perdida a través de la fuerza, en un mundo que dejo atrás la época de los imperios.
Obviamente que no había necesidad de recordar la intervención rusa en Georgia, Ucrania y la anexión ilegal de Crimea, mientras trata de lograr la hegemonía en el Mar Negro, asegurándose el corredor históricamente anhelado con el Mar Mediterráneo y la conexión de sus bases de Sebastopol y Tartus en Siria, centro de gravedad del respaldo al presidente Bashar Al Asad.
El caso de la referencia demuestra como Rusia sabe jugar con el militarismo considerado como un instrumento para el intervencionismo en el exterior: mientras en el interior del país luego de convertirse en el “supremo comandante en jefe” crea una Guardia Nacional encargada de combatir al terrorismo, control de fronteras, del orden interno y la prevención de futuras desestabilizaciones bajo el nombre de “revoluciones de color”.
Para Thomas Gomart, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales IFRI, en este modelo autoritario ruso, el presidente Putin muestra ser el maestro del juego en el Medio Oriente, pero no se advierte que también junto con Bielorrusia, sirven de emulo para los países que paradójicamente se inspiran con el antiimperialismo.
La “hábil interpretación” de la Constitución, que transforma a la autoridad máxima de las FF.AA. del Ecuador, en máxima jerarquía militar de las FFAA, la anulación de las hipótesis de conflicto tras la bien lograda fijación de límites territoriales del país, explica la contumaz e incesante provocación a las Fuerzas Armadas para someterlas a su modelo revolucionario, que desafinan con los modelos de los países del Alba, declarándose antiimperialistas y anticapitalistas, agentes de cambio ideológico político nacional.
Conjeturar que las FF.AA. del Ecuador serían la nueva Policía Militarizada (El Universo, 25 Mayo 2014), no fue una exageración, ya que, por el camino más sencillo, al crear una especie de gendarmería, en términos militares significa una obsolescencia del sistema de defensa nacional.
Columnista invitado