¿Puede el odio de los políticos llegar a tanto, como por ejemplo que un funcionario, quien debería ser un ejemplo para la sociedad, defina a una persona con un adjetivo tan fuerte como miserable?
Parece que sí, el respeto es lo que menos importa cuando se alcanza el poder, el efímero poder, el de los ambiciosos especialmente, porque las personas normales y educadas lo único que ambicionan es vivir dignamente.
Uno de los mensajes que más sacudió a la sociedad tuitera el fin de semana fue el desaguisado del ministro Serrano a @Pablihno, un tuitero irreverente, como la mayoría de personas que viven conectadas a una de las mayores redes de comunicación que ofrece la Internet.
En Facebook este personaje se define “con voto y sin voz”, lo cual dice mucho de su irreverencia frente a la sociedad y al poder. “Tengo 32 años, me considero emprendedor, innovador, liberal o amante de las libertades, padre de familia, soñador; en fin, un ‘bananiense’ como cualquier otro, pero tan distinto a la vez”.
Así se define una persona que no es política, pero que tiene todo el derecho a opinar. “Ganar elecciones no hace a nadie más democrático que a otro, es tan absurdo como creer que los que más comulgan son mejores cristianos o por ir más seguido a clases se es mejor profesional”, escribe en su blog.
Un pensamiento así de claro no merecería más comentarios, pero el ministro de marras se salió de sus casillas, se inflamó como se dice ahora. El tuitero había preguntado por la situación del padre de un funcionario del gobierno acusado de un presunto delito.
La respuesta del funcionario pudo ser cortés o simplemente evadida, pero no, prefirió la más revolucionaria: “@Pablihno definición de miseria en el diccionario de la Real Realidad, miseria: Pablihno”.
El comentario desató diversas reacciones, algunas impublicables, pero en su mayoría de indignación. Como los lectores pueden apreciar en el breve currículo, el tuitero no es periodista, por lo tanto no aplicaría el concepto de bestia salvaje ni de corrupto.
Es que parece que el poder aún no se percata que el derecho a expresarse no es solamente de los periodistas o de los medios de comunicación. Si tienen cuentas en Twitter deberían considerar que quienes opinan lo hacen porque cuentan con una herramienta poderosa para emitir un mensaje o un pensamiento.
Deberían entender que los mensajes no siempre deberían contener propaganda o ataques a quienes no comparten las mismas ideas. Si quieren callar a @Pablihno tendrían que apagar todas las plataformas de comunicación, pero incluso así es imposible.
Los chinos y los cubanos se han dado modos de eludir los controles tecnológicos y los usuarios se reservan su derecho a expresar el pensamiento diverso de la sociedad.