¡Increíble! Ecuador con minas de oro, plata y cobre, con productos de alto precio de venta en el extranjero como petróleo, banano, cacao, camarón, atún, etc. busca dinero prestado por entidades internacionales, inclusive para pagar sueldos de su abundante nómina de empleados.
Ningún candidato a la Presidencia ha ofrecido empeñarse en regular la asfixiante carga de leyes y normas jurídicas que tornan difícil -a veces imposible- el progreso económico. Una muestra de este fenómeno leguleyo contemplamos hoy entre autoridades electorales. El Consejo decide algo por mayoría; inmediatamente alguien apela al Contencioso Electoral. El TCE decide y tampoco hay solución y, como parte del enredo legal, elevan sus ojos a la Corte Constitucional, pero seguidamente alguien advierte que a quien se debe apelar no es a esa Corte sino a la Procuraduría General del Estado. Y continúa la novela politiquera, avanzando al extremo de acudir a los jueces en materia penal pidiendo sanción para los unos.
Se abre el peligro de que, con tanto enredo leguleyo, las elecciones cercanas por lo menos se difieran; en el caso peor, que no se realicen. Cuánto mejor para algunos, que todo se enrede y fracase, incluyendo a los importantes políticos “salvadores de la patria”, prófugos de la justicia o refugiados en algunos países como México, quienes buscan inclusive la eliminación del actual mandatario, a pesar de que está ya con un pie en el estribo.
En nota anterior, informamos sobre las minas que contienen plata. Indiquemos esta vez, las que ofrecen oro. Son las mismas, pues tienen ambos metales. Recordemos cuales son: a) Fruta del Norte, con reserva estimada en 4,82 millones de onzas de oro; b) Mirador, con 3,22 millones de onzas de oro; c) Río Blanco, con reserva de 605.000 onzas del metal dorado; d) Loma Larga, con 1,86 millones de onzas de oro; e) San Carlos Panantza (provincia de Morona Santiago), con reserva estimada de 6,6 millones de toneladas de cobre.
Cabe tener en cuenta lo que revela EL COMERCIO en su edición de 18 de diciembre, hablando de la minería en el panorama económico: “sus ventas se quintuplicaron entre enero y octubre y totalizaron USD 646 millones, un monto cercano a la exportación de flores”.
Los mineros ilegales se benefician, en parte, de estas riquezas, dificultando el trabajo de las empresas que quieren laborar dentro de normas que garantizan mayores ingresos al Estado, por participación en el producto y por impuestos.
A estos malos resultados, más allá de la minería ilegal, ayuda la indisciplina de muchos ecuatorianos, que siempre quejumbrosos exigen atención inmediata a toda necesidad al Poder público y no siquiera cuidan sus vidas contrariando toda orden de autoridad en algunos sectores no solo se agrupan sino que beben licor y bailan… al son de la música fúnebre de la pandemia.