Preocupantes declaraciones hizo el fiscal de Pichincha, Marcos Freire: que el sicariato tendría vinculaciones con el chulco, con dinero que provendría de Colombia. Declaraciones similares hizo el Director General de la PJ.
Esto, precisamente, cuando crecen las microfinanzas en el país, gracias a las cooperativas, ONG, banca privada especializada, y banca pública mediante el programa 5-5-5.
¿Cómo se explica?
Expuse recientemente una hipótesis en un foro de la UDLA (anteriormente en la UEES, en Guayaquil): tras el problema está la política de control de la tasas de interés para forzar su baja. Microfinanzas es la provisión de servicios financieros a personas de bajos ingresos, no solo destinado a pequeños emprendimientos sino también para emergencias, para adquirir bienes para el hogar, mejorar viviendas, para el consumo, etc. El microfinanciamiento tiene costos fijos elevados: sus costos no varían de acuerdo al volumen prestado. A menor monto, más costoso conceder un crédito.
Hoy, las autoridades monetarias han implantado un rígido sistema de control sobre los precios que pueden cobrar las instituciones financieras, sea vía interés o comisiones. Las operaciones de menor monto causan pérdidas, porque el costo administrativo más el del dinero es mayor que lo que se cobra, tomando en consideración el riesgo. Eso obliga a las instituciones que operan en microfinanzas a abandonar los créditos por montos menores, favoreciendo los montos más elevados. En el cuarto trimestre de 2008, el valor promedio de colocaciones de las cooperativas sube a USD 2 214, incremento de 14,2 % en relación al mismo período de 2007 y 14,3%frente a 2006 (no consideramos 2009,por año atípico).
No es que las cooperativas prestaron menos: es que prestaron en montos más altos a menor número de clientes. Igual los bancos. La banca pública sí aumentó el número de sus operaciones, pero son montos de USD 5 000 o más. No van al estrato más humilde.
En 2008 el número de operaciones menores a USD 5 000 concedidas por el sistema financiero, público y privado, desciende en 44 173. Son usuarios que dejaron de tener acceso al sistema financiero y recurren al chulco.
La tasa tope para microcrédito minorista es 22,97%. Quienes perdieron acceso al sistema financiero y recurren al chulco pagan 1% diario. El que pidió prestado el equivalente a un sueldo básico, al cabo del año habrá pagado intereses equivalentes a 3 ½ meses de sueldo, y sigue debiendo el capital. Diferencia abismal.
Las autoridades buscan bajar el costo del dinero y, para hacerlo, ponen topes a las tasas de interés. Al hacerlo, empujan a los más pobres a las manos de los chulqueros. Una buena intención, de aquellas que sabemos empiedra el camino al infierno.