Metiendo mano

Hace pocos días el Jefe de Estado habló de meterle mano a la justicia para cambiarla.

Una mayoría de ecuatorianos critica al sistema de justicia. Muchos piensan que esta es la causa principal de la inseguridad pública que vive el Ecuador.

No les falta razón en parte pero la idea no es completa. Aquí se ha logrado convencer a muchos con la costosa propaganda, esa que mete las manos en los recursos públicos, para meter la mano en los mensajes y meter la mano en la conciencia colectiva.

Por eso es que muchos ciudadanos creen que los jueces son dependientes de la partidocracia y que por eso son corruptos.

Cabe recordar que la Corte Nacional de Justicia fue producto de un sistema cuestionado de sorteos que se inventó en el proceso de transición y en el que participaron los magistrados. Ellos a su vez llegaron a la alta instancia como parte del proceso de reestructuración avalado por organismos internacionales y con concursos de calificación rigurosos tras la debacle propiciada por el cambio arbitrario de la Corte, cuando se procedió al nombramiento de la “Pichi Corte” y generó una crisis política que tumbó a quien había metido mano en la justicia : el presidente Lucio Gutiérrez.

Ahora se imputa a la partidocracia todos los males de la justicia, pero los poderes políticos se hacen de la vista gorda de la injerencia perturbadora que puede significar que ese poder político que da órdenes a los fiscales, intimida a los jueces y para rematar el caos ahora propone meterle la mano a la justicia para cambiarla.

Por este mecanismo propuesto del referendo se cambia la esencia de un Estado de derecho que se respete: la independencia de poderes. Si una comisión integrada por representantes del Ejecutivo y del Legislativo tiene en sus manos el proceso, lo más probable es que las prácticas del pasado y las influencias que con el discurso de la revolución prometieron cambiar, se tornen más peligrosas que hoy.

Antes se dijo que no convenía que en la integración del Consejo de la Judicatura, que administra al Poder Judicial, influyan los magistrados. Ahora con una pregunta se intenta volver a la judicatura al Presidente de la Corte Nacional.

Condenando la independencia de la justicia se mete mano a la justicia pero no necesariamente para mejorarla. El remedio puede ser peor que la enfermedad en un sistema de concentración de poder, con un mesianismo que se cree dueño de la verdad absoluta y que desbarata el marco legal en el que creyó, pidió la confianza del pueblo para aprobar y ahora se intenta destruir. Si el Ejecutivo sigue buscando meter la mano en la Justicia, no cambiará el drama de la inseguridad pública cuyo debate se intenta dispersar . Por el contrario, en el poder concentrado recaerá toda la responsabilidad de la demolición institucional a la que asistimos. Mejor sería que el poder saque sus manos donde las tiene metidas.

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