¿Tienen algo en común dos reconocimientos tan distantes como el triunfo electoral de Ángela Merkel en Alemania y la percepción del venezolano corriente respecto a la importancia de la empresa privada para el progreso de todos? Ciertamente sí. Ambos, cada uno en su terreno y en su dimensión, expresan un estado de confianza, la respuesta a una acción eficiente y una mayor conciencia colectiva de la realidad. Ambos premian una actitud de responsabilidad ante la sociedad y un modelo de trabajo eficaz.
Con 42% de los votos, 8 puntos más de lo obtenido en el año 2009, el partido de Merkel -la Unión Demócrata Cristiana– acaba de obtener el mejor resultado electoral registrado desde 1990, muy cerca de la mayoría absoluta, conseguida sólo por el legendario canciller Konrad Adenauer en 1957. La lectura de las elecciones confirma que los alemanes creen que están mejor que en 2009, a pesar de la crisis europea, y reafirma la popularidad de Merkel, más allá de su propio partido.
En nuestro terreno, la reciente encuesta de Alfredo Keller demuestra la recuperación de la imagen del empresario a los ojos del venezolano. 81% de los encuestados está de acuerdo con la afirmación de que “la existencia de muchas empresas privadas es importante para el progreso de todos los venezolanos”. El porcentaje de acuerdo es todavía más alto, 92%, entre quienes se ubican políticamente como independientes, y alcanza un muy positivo 66% entre quienes se definen como chavistas.
¿Qué se reconoce en Merkel? El voto alemán ha sido interpretado como una afirmación de confianza. Es el reconocimiento al liderazgo y al trabajo de la canciller Merkel, a su tesón, su visión, su capacidad para inspirar y dirigir un sostenido esfuerzo de recuperación, para proponer con sinceridad el tratamiento adecuado a los desajustes económicos, para lograr la comprensión y el sacrificio de los ciudadanos. Y todo con discreción, con prudencia, sin estridencias, con esfuerzo, con austeridad y disciplina.
¿Qué reconoce el venezolano al empresario privado? Su función y su aporte. Pese al enfrentamiento con un Estado poderoso que ha mantenido una política de acoso, desprestigio, intervención desmedida, buena parte del empresariado se ha mantenido fiel a su función de ofrecer servicios y productos y de hacerlo con calidad.
La capacidad para superar los obstáculos, para reinventarse y crecerse en las dificultades, ha contribuido al crecimiento de su aceptación entre los venezolanos.
Las dificultades han demostrado la fortaleza del empresario serio cuya conducta se caracteriza por la voluntad de seguir adelante, la perseverancia, la confianza en su equipo, la decisión de mejorar sistemáticamente para ganar en productividad, en competitividad, en capacidad de servicio a la comunidad.
La empresa privada ha probado con hechos su compromiso con la promoción del desarrollo y de la calidad de vida de las personas. El triunfo de Merkel en Alemania y el reconocimiento por parte de la población del valor de la empresa privada en Venezuela deben verse como una señal de realismo y sensatez.