Las críticas por los altos niveles de inseguridad demuestran que han estado equivocadas. Los catedráticos, ex ministros de Defensa, ex comandantes de Policía y en general los expertos, con amplios conocimientos en la materia, no acertaron en sus análisis. Con el paso del tiempo se puede corroborar que los cuestionamientos no tuvieron asidero porque en el país se ha vuelto a respirar un ambiente de tranquilidad, de paz, de tolerancia y respeto. De gana se gasta tanto en medidas de protección y seguridad.
Los niveles de homicidios, los asesinatos a la luz del día, los asaltos a mano armada, las violaciones, los secuestros exprés, los robos a domicilios son cosas del pasado. Resulta equivocado sostener que los niveles de inseguridad subieron. No se dan cuenta que con el éxito de la aprehensión a los más buscados el panorama cambió.
Con la inversión que se ha hecho, que no realizaron gobiernos anteriores, se ha logrado consolidar las mejores instituciones de Sudamérica. Es mentira que exista crisis policial. No necesitan controles y están muy motivados. Quizás están en uno de los mejores momentos de su historia. Los niveles de reacción son casi al instante. Llegan y capturan en pocas horas a los delincuentes y no son liberados por fiscales ni jueces. Acaso eso no se demostró con los asaltos al Alcalde de Quito y a la madre del Ejecutivo?
Tienen razón los que aplauden y reivindican el cambio. Todo ha sido percepciones equivocadas de la mayoría, que no tiene por qué quejarse y si lo hace por algún asalto, es una excepción. El sistema de justicia y el trabajo en las fiscalías cambió radicalmente; son ágiles e independientes actúan de oficio, según la Constitución, sin que nadie les pida y por ello la gente sale feliz y resueltos sus problemas. En tan poco tiempo se pusieron al día en el despacho de causas y terminó la impunidad.
Están errados los que sostienen que debemos estar conscientes del mercado de conexión con la droga de Colombia y Perú y los enlaces con México. Ahora son solo 40 kilos en valija diplomática ¿y por qué tiene que criticarse si eso mejora la buena imagen en el exterior? Mienten los expertos cuando señalan que no estamos viendo el tema de fondo de la gran delincuencia y se equivocan cuando sostienen que de isla de paz el Ecuador ha pasado a ser plataforma internacional del delito.
Es falso decir que no se puede dormir tranquilos y no deben quejarse si alguna vez por equivocación un ladrón les asalta. Resulta una alevosía sostener que el sistema de cárceles sigue colapsado. Las declaratorias de emergencia desde el 2007 han dado resultados concretos. Ya existen auténticos centros de rehabilitación social, los sentenciados salen regenerados y se reinsertan rápido en la sociedad, con oportunidades de trabajo porque el nivel de desempleo cayó. ¿Será posible tanto sueño?