En mayo, Panamá y El Salvador terminaron el proceso para que sus Bolsas de Valores se integren y se pueda comprar y vender títulos valores de cada país en el mercado correspondiente, desde septiembre las operaciones ya están consolidadas y operando con normalidad.
Interesante iniciativa en una región que tiene años buscando una integración más profunda en cuanto a su comercio exterior, circulación de personas, transporte de pasajeros, carga y libre movilidad de sus capitales.
Si bien esta es una gestión bilateral, puede ser el inicio de un proyecto multilateral en la región. Costa Rica y República Dominicana han mostrado interés en participar y seguramente otros países también lo harán según sus perspectivas económicas y políticas.
Para una integración de este tipo existen temas a solucionar como la posibilidad de que los agentes de un país puedan transar electrónicamente los títulos en el otro mercado, liquidar estas transacciones, custodiar los valores de manera desmaterializada y la homologación de títulos y su Oferta Pública, entre otros. Estas iniciativas también, provocan que proyectos de mayor envergadura se hagan realidad como la ansiada autopista de Guatemala a Ciudad de Panamá (concesionada, democratizada y privada) y también proyectos multimodales de comercio intraregional, comercio de energía, formación de industrias y la creación de más cadenas centroamericanas de comercio y hotelería.
Particularmente en esta integración, existe un factor común y es que las dos economías operan con el dólar norteamericano como moneda de curso legal. Oportunidad interesante para otro país sudamericano que debería estar interesado en participar, el Ecuador.
El mercado bursátil de Panamá y El Salvador prometer alcanza más de USD doce mil millones de transacciones al año y el ecuatoriano bordea los siete mil. Lo particular de este último es que la gran mayoría de títulos son de renta fija y del sector público.
Panamá cuenta con recursos financieros en la banca nacional y El Salvador tiene también importantes remesas de sus migrantes que viven en el exterior, así como, una industria pujante en el área textil, calzado, y confección. El Ecuador presenta alternativas y oportunidades en la agroindustria, turismo, inversión de capital en el sector inmobiliario y la industria de transformación y manufactura.
Los tres países son relativamente pequeños y con poca profundización de sus mercados de valores, la teoría diría que no resulta interesante juntarlos en esta aventura, pero a la vez el que no exista un riesgo de devaluación y la complementariedad de las economías puede ser suficiente para que la experiencia sea positiva y sorpresiva y aporte a la necesidad de incrementar la Inversión Extranjera que tanta falta nos hace. La pregunta: ¿Qué hacemos con el ISD?