Marchas y cuchicheos

No podía ser que la primera marcha de la campaña presidencial para el 2013 corra a cargo de la oposición y más aún de la oposición indígena, reforzada por ex gobiernistas. Seguramente no faltaron los tirones de orejas en las filas de Alianza País. Y casi no hay duda que, de inmediato, el Jefe, sus brazos derechos -y sobre todo sus brazos izquierdos- se pusieron en acción. “Vamos con una gran contramarcha” fue el primer lema. “Nada. La nuestra será la marcha y la contramarcha estará a cargo de los indios” fue, seguramente, la respuesta. Pero ya la prensa malvada se había encargado de bautizar como “marcha” a la modesta caminata de la Conaie y “contramarcha” a la desinteresada respuesta aliancista, impulsada por un homenaje al Día Internacional de la Mujer.

El Súper Jefe y los jefes de la contramarcha oficial se encargaron de definir con mucho entusiasmo las características de la marcha de los indígenas y de sus amigachos de turno. “Allí estarán, durante estas dos semanas, los banqueros, los pelucones, los gutierristas, los montufaristas, los emepedistas, los universitarios feuistas, los profesores unistas, los feos, los regulares y los malos. Ellos se proponen tumbarnos, tal como lo intentaron los del 30-S y secuestrarnos, si se les presenta la ocasión. Menos mal que –según nuestros cálculos- ellos son 4 mil y nosotros 40 mil”. Los empleados públicos hinchas del Jefe –o sea todos menos los que sabemos– soñaban con salir a la contramarcha desde El Arbolito hasta la Plaza Grande y encontraron el camino cuando la Ministra de casos protocolarios dijo por el micrófono que ella tenía la fórmula perfecta. “Voy a pedir un día de licencia” sugirió. Todos y especialmente todas hicieron lo mismo. El 50% fue a la contramarcha. El resto no, porque la Plaza de la Independencia estaba llena y ese otro 50% prefirió escuchar el discurso del Jefe por la televisión pública. Los contramarchistas oficiales plantearon cinco pedidos: desayuno, almuerzo, un día franco, alguito más si pueden y, por sobre todas las cosas, la reelección. Ras ras.

En El Pangui –selva amazónica controlada por el prefecto Quishpe- la historia comenzó con una limpieza a cargo de los chamanes. Luego un dúo entre Humberto Cholango y Diana Atamaint. No intervino Lourdes Tibán porque ya ha cantado mucho y está gastada. Los buses contratados no llegaron porque el director del Consejo de Tránsito no escuchó cuando el Jefe dijo que las protestas pacíficas son democráticas. Los marchistas se alistan para un viaje a pata de 14 días con sus noches y esperan que su fila india se engrose en cada pueblo. Está suspendida hasta segunda orden la “toma de Quito”. Pero se realizará en El Arbolito una gran cita de opositores para definir, finalmente, cuántos y cuáles “candidatos únicos” de oposición tomarán parte en las elecciones de febrero del 2013, para vencer a Correa, así se presente con todos los poderes en la mano, con las leyes a favor y con la prensa amordazada. Así no más fueron y serán la marcha y la contramarcha que casi se hacen famosas.

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