La revista colombiana Semana acaba de publicar un polémico artículo sobre Ecuador. Como es de imaginarse, la nota aparecida el 6 de diciembre con el título “El cartel de Sinaloa manda en Ecuador” deja perplejo a cualquiera por las revelaciones que se detallan. En esencia, pone de manifiesto la dimensión y grado de penetración del narcotráfico, principalmente del cartel mexicano de Sinaloa.
Pese a que las autoridades gubernamentales lo nieguen, dice la revista colombiana, “la realidad es que existen grandes grupos delictivos internacionales” que operan en Ecuador, en su mayoría socios del narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Desde la clandestinidad, Guzmán ha confirmado que buena parte de su millonaria ‘mercancía’ sale de suelo ecuatoriano.
Todo lleva a pensar que debido a la intensificación de las campañas de interceptación que se han dado en el último tiempo en Colombia, buena parte de las actividades de procesamiento, almacenamiento y exportación de cocaína se realice a través de Ecuador. Es más, la zona norte de nuestro país se ha convertido “en un punto importante para el tránsito de cocaína, compuestos químicos y suministros para las bandas involucradas en el tráfico de drogas en Colombia”.
Esta nota periodística ha generado la reacción del Gobierno. Raúl Vallejo, embajador del Ecuador en Colombia, envió una carta a la revista Semana afirmando que es mentira que el cartel de Sinaloa mande en nuestro país. “En Ecuador manda la Ley, y en sujeción a ella mandan las autoridades, no los narcotraficantes. Solo el periodismo amarillista se atreve a titular como ustedes lo hacen”.
Pese a que Vallejo puede tener razón en que el titular de la revista exagera, considero que buena parte de lo que allí se dice es cierto. Además se mencionan informes, documentos y cifras.
No se puede negar que el trabajo que hace la Policía en el combate al narcotráfico es inmenso pero tampoco puede desconocerse que el Ecuador, como dice Fernando Carrión, dejó de ser una Isla de Paz para convertirse en una “plataforma internacional del delito”. Y aunque uno puede entender que es así por estar en medio de países con mayor producción de coca a escala mundial (Perú y Colombia), tampoco podemos afirmar que todo lo que ha hecho hasta el momento el Gobierno para combatir este mal ha sido sobresaliente. Al contrario, las acciones de Gobierno dejan mucho que desear.
La nota de Semana no debe ser vista como un ejemplo del “amarillismo” de la prensa, sino un llamado de atención de lo que pasa y la necesidad de impulsar correctivos urgentes en el ámbito de la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y la inseguridad.