Malvados importadores

La mitología reinante en nuestro país tiende a presentar a las importaciones como dañinas para la economía y a quienes traen productos importados se los pone casi al nivel de traidores a la patria. Pero eso es falso. Los importadores y las importaciones que vienen la país lo que buscan es atender las necesidades de los ecuatorianos y esa es una ocupación muy noble, porque al final, el objetivo de la economía es, justamente, satisfacer las necesidades de una sociedad.

Por otro lado, a las exportaciones se las suele ver como positivas, virtuosas y merecedoras de todas las alabanzas. Pero si bien las exportaciones son útiles, lo que hacen es satisfacer las necesidades de habitantes de otros países. En otras palabras, un sabroso camarón ecuatoriano exportado a Francia hará muy feliz a algún francés, pero no cubrirá las necesidades alimenticias de ningún ecuatoriano. Y todo el esfuerzo (ecuatoriano) invertido en la producción de ese camarón servirá para aumentar el bienestar de una persona de otro país.

Obviamente ese camarón, al exportarse, generará divisas que permitan adquirir más importaciones, lo cual sí es un mecanismo por el cual se puede cubrir las necesidades de los habitantes de nuestro país. Porque justamente esa es la característica más útil de las exportaciones: permiten financiar más importaciones, las cuales, a su vez, cubren necesidades de los ecuatorianos.

En realidad, el mérito de las exportaciones es que permiten importar más. Casi que se podría decir que las exportaciones (trabajar para atender las necesidades de otros) son el mal necesario para financiar esas importaciones que sí son capaces de atender nuestras necesidades.

Por lo tanto, toda política que trabe las importaciones lo que hace es limitar (o encarecer) la disponibilidad de aquellas cosas que los ecuatorianos quieren tener. Mientras tanto, toda política que promueva las exportaciones, lo que está haciendo es aumentar los recursos disponibles para importar más (y así poder tener los bienes y servicios deseados).

Cuando las importaciones superan a las exportaciones (y hay un déficit comercial), lo ideal es aumentar las exportaciones (y no reprimir las importaciones). Por su parte, las políticas de restricción de importaciones deberían implementarse exclusivamente en momentos de crisis, cuando un déficit comercial alto o prolongado pone en riesgo la estabilidad de un país.

Y si alguien considera que las importaciones están altas, antes de limitarlas, debería preguntarse por qué han crecido tanto. ¿Será que los ecuatorianos son tan malos que buscan intencionalmente debilitar la economía sacando dólares al importar sin medida? ¿O será que el Gobierno ha gastado tanto dinero que en el sistema hay una enorme cantidad de dólares circulando que quisieran comprar cosas? Es lo segundo, porque las importaciones no son malvadas. Y los importadores tampoco.

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