Permítame hacerles llegar a los profesionales de la Salud mi reconocimiento por la atención que le están dando a mi anciana mamacita; pues, debido a una oclusión intestinal fue llevada al H. Cantonal de Sangolquí, en donde pude constatar la buena labor profesional y humana que brindan a todo paciente. Diagnosticada luego de los respectivos exámenes -dos de ellos se los realizó en forma particular por la urgencia- fue transferida al H. de Especialidades Eugenio Espejo; aquí me impresionó igualmente la coordinación del personal para prestar la atención oportuna de acuerdo con la gravedad de los enfermos y accidentados que son muchos, porque los requerimientos de atención superan a la capacidad física y humana existente; logran conservar la serenidad en medio del dolor y en algunos casos del reclamo grosero de familiares. La cirugía emergente a mi madre fue realizada pasada la medianoche y esos seres humanos llamados médicos y enfermeras lo hicieron sin ninguna muestra de animadversión. Por estos mismos días hay preocupación porque a esta noble labor se la está criminalizando y reflexiono: esa Ley debe ser hecha por personas que no tienen idea de lo que es estar en peligro de muerte y necesitar de alguien que ponga toda sus conocimientos y buena voluntad para tratar de sanarlos; ellos, los profesionales de la Salud no merecen ser criminalizados por su labor.