La semana previa a la Navidad se cayeron dos Gobiernos y se cumplieron 20 años del macrocolapso que extinguió a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.
El caso de España era realmente predecible. Luego de un prolongado régimen socialista, las características del llamado irónicamente ‘Estado de Bienestar’, habían llegado hasta donde no resistía más, los enormes y dispendiosos gastos fiscales, los desequilibrios presupuestarios voluminosos, la deuda pública agobiante y, sobre todo el número estratosférico de desempleados.
El líder socialista, José Rodríguez Zapatero, cargó con la responsabilidad del fracaso y fue derrotado en las elecciones parlamentarias. El jefe del otro gran partido español, Mariano Rajoy, está ahora estrenándose como nuevo presidente del Gobierno. Hombre cauto, ha evitado las ofertas exageradas, pero ha prometido luchar sin descanso contra la falta de trabajo y contra el desorbitado gasto público. Tal como lo reveló la TV. la propia ceremonia del cambio de mando ha sido digna y hasta cordial, como punto de arranque de la flamante Administración.
De otra índole a su vez, fueron las novedades de Corea del Norte. El previo dictador de la dinastía comunista, Kim Jong-il, al que la propaganda oficial conocía como ‘el querido líder’, falleció de manera repentina y, después de horas de intensa incertidumbre, según corresponde a la naturaleza de un régimen totalitario recién se anunció su desaparición; se han mostrado fotografías de mujeres que lloraban desconsoladamente y, sin que mediara elección alguna, se proclamó en su reemplazo a Kim Jung-un. Acaso el dato más sorprendente que distingue a la República Democrática de Corea sea el abismal contraste entre las condiciones de vida de sus 24 millones de habitantes y la formidable disponibilidad de implementos nucleares. Mientras escasean los alimentos y también las medicinas, se calcula que las fuerzas armadas norcoreanas alcanzan hasta 1,2 millones de soldados y que los misiles dotados de cabezas nucleares suman mil de diverso tipo, entre los que se incluyen los de más alcance, ‘taepodong’, que podrían llegar a 6700 km desde su base de lanzamiento. Por cierto también conturba ‘el férreo control de las noticias’, en una nación que se mantiene todavía fuera del contagio de los medios electrónicos de comunicación. La imagen nocturna de toda la península de Corea, se dibuja “como un pozo de oscuridad, que contrasta con el resplandeciente mar de luces del vecino y próspero sur, al otro lado de la frontera común”.
Y respecto del colapso de la URSS, no hay que echar en saco roto los criterios de su principal protagonista, Mijail Gorbachov, para quien “el verdadero desafío no es el Islam radical, sino el radicalismo en todas sus formas, y las brechas entre ricos y pobres, educados e iletrados, desarrollados y subdesarrollados”.