La semana mantuvo vigente el debate sobre las propuestas tributarias de la herencia y la plusvalÃa ‘ilegÃtima’. La incertidumbre sigue haciendo daño. La actividad económica declina de manera consistente. Está resentida la inversión. La restricción crediticia refleja la limitación de disponibilidades del sistema financiero y condiciona la ejecución o el mantenimiento de las actividades productivas.
No se aprecian cambios en la concepción de la polÃtica económica. Los incentivos para el ingreso de capitales están desaliñados. La balanza de capitales no tiene ingresos del sector productivo. Los datos de ciertos sectores de exportación privado no son prometedores. Hay señales de atraso en los pagos del sector público. Todo lleva a concluir que el año será malo para la sociedad.
Parece que las visiones de una etapa de recesión toman cuerpo cada dÃa. El primer trimestre dejó de crecer el paÃs. Y con todo lo ocurrido a partir del 24 de mayo, la trayectoria del segundo trimestre será todavÃa de menor valor y mayor profundidad en la pérdida de dinamismo.
Lo bueno ha sido la decisión del Congreso de los Estados Unidos de extender los beneficios del sistema de preferencias arancelarias hasta fines del 2017. El sector exportador tiene un alivio y el paÃs un espacio para repensar en la necesidad de entablar una negociación comercial amplia con ese paÃs.
Coincide el tiempo con el restablecimiento del sistema de ‘Fast Track’ en el Poder Ejecutivo de los EE.UU., toda vez que el congreso le autorizó negociar los dos megatratados comerciales conocidos como TPP (Acuerdo Trans PacÃfico) y TTIP (Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión), que incluyen al 60% del PIB mundial.
Desde la conclusión de la Ronda de Doha, los paÃses avanzados han buscado otras formas para acercar sus economÃas y estos tratados indagan eso. Existe por eso una tercera vÃa de negociación en exploración, conocida como TAP (Acuerdo Trans Americano), que podrÃa incluir a México, Canadá, EE.UU., los paÃses de la Alianza del PacÃfico y otros con Acuerdo de Libre Comercio de la región, cuyo valor estará representado por un PIB de 22 trillones de dólares (millones de millones) y algo más de 620 millones de consumidores.
¿Acaso no es el momento de ponerle al Ecuador en ese cÃrculo de grandes retos y oportunidades? La crisis actual necesita vÃas de escape y solución. El paÃs necesita con angustia más inversión y mayores exportaciones. Ahà están los vehÃculos a la mano y en el momento oportuno.
Estas circunstancias no se repiten. Muy raro es el caso de volver a presentarse. Y ahora ocurre. La historia ofrece al Ecuador una segunda opción. No debe perderla. Pero hay que ser consistente si la decisión es esa. Ya la anterior ha sido muy onerosa y todavÃa sigue en el candelero.