Reinaldo Páez Z.
El luto de los buenos
La voz clara, frontal, valiente, fortalecida con la veracidad de sus muy bien documentadas investigaciones, retumbó en el hemiciclo de la Asamblea y en los micrófonos de los entrevistadores. Las denuncias quedaron impresas en innumerables páginas de prensa escrita, revistas y de varios libros testimoniales. Confrontó a sus peligrosos opositores con argumentos irrefutables, sabía que, al emitirlos, destruía los descaros con que trataron de ocultar los escandalosos actos de corrupción con los que perjudicaron al país, para beneficiarse ellos y transformarse, de la noche a la mañana, en enormes potentados millonarios.
La decidida, y patriótica lucha de Fernando Villavicencio, le convirtió en el líder indiscutible, que captó el respaldo de los ciudadanos buenos que lo consideraron su legítimo representante, en su anhelo de recuperar al país del estado calamitoso en que lo sumieron la corrupción, el crimen organizado, los poderosos carteles de narcotraficantes, los jueces y fiscales vendidos, en un territorio abonado por acciones premeditadas en la década de la tragedia nacional, en la que se originó la simbiosis entre la política, las organizaciones insurgentes y el narcotráfico.
Desgraciadamente el presidente elegido, para anular el poder instaurado en la época más trágica de la historia, no sintonizó con el anhelo popular y, con su falta de decisión, permitió la permanencia de fuerzas exterminadoras de la dignidad nacional, que culminaron con el atroz asesinato del patriota que, en forma incomprensible, no recibió la protección propia de un candidato presidencial, amenazado reiteradamente, y pagó con su vida tremendos incumplimientos de los protocolos de seguridad, que deben ser investigados.
Fernando Villavicencio, héroe y mártir, deja un legado: salvar a la patria perennizando su memoria en la lucha contra la corrupción y toda la amplia gama criminal, mediante la elección de gente buena para que gobierne nuestro país y expulse para siempre a la deshonra, a la delincuencia y al crimen.