Lula, Dilma, Temer, todos y todas

La semana trajo para Brasil dos nuevas bombas que no por esperadas son menos explosivas. El escándalo de la entrega de millonarias coimas en los contratos de Petrobras (la empresa estatal de petróleo) y la constructora Odebrecht sigue escalando.

La primera víctima de esta gran denuncia fue Dilma Rousseff, tanto, que le costó el puesto. Las expresidenta fue parte del directorio de Petrobras en representación del entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Allí se cocinaron los hechos que hoy la justicia investiga. Las grandes empresas constructoras entregaban gigantes cantidades de dinero a los partidos, actores políticos y líderes con poder e influencia. Con eso se financiaban campañas… y algo más.

Todos eran parte de la trama y acaso participaban en mayor medida los partidos grandes o aquellos que ostentaban temporalmente el poder. El problema es que esos recursos salían de millonarios sobreprecios y el que pagaba los platos rotos era el contribuyente y en última instancia los más pobres que nunca veían los beneficios de este sistema que parece ser mafioso.

Así cayó Dilma. Esta semana el segundo de a bordo de la firma Odebrecht, Claudio Melo Filho, acaba de colgar – figuradamente – al Presidente Michel Temer, sucesor de Dilma. El Movimiento Democrático Brasilero (MDB) también habría participado en el sistema. Se pagó un millón cuatrocientos mil dólares de los tres millones pactados. El MDB se defiende y dice que todos los ‘aportes’ de Odebrecht se registraron ante la autoridad electoral.

La última bomba es la acusación del Ministerio Público al expresidente Lula, líder del Partido de los Trabajadores. Hace un mes la revista Istoé reveló que Lula recibió dos milloncitos de dólares.

Por lo visto la delación funciona. La gran pregunta es: ¿qué más sabe Marcelo Odebrecht y qué está dispuesto a decir sobre las operaciones de esta gran empresa en varios países del mundo? Tiempo al tiempo.

Suplementos digitales