En marzo de 2017, el gobierno gastó más que en ningún mes de marzo de toda la historia del Ecuador. Y dos días después ganó las elecciones.
En una economía como la ecuatoriana, donde se ha ido ahuyentando la inversión privada con base en interminables sabatinas, abundantes insultos e incontables reformas tributarias, la inversión ya no cumple con su rol de ser el motor de la economía. Así, sólo queda el gasto público para reactivarla. Claro que sustituir inversión con gasto público es una pésima idea, porque no es sostenible en el tiempo y porque vuelve al país demasiado dependiente del presupuesto del Estado.
Y el gasto venía cayendo porque el gobierno no tenía plata. Y como ya no había inversión privada, la economía venía contrayéndose porque eso pasa con las economías que se vuelven adictas al gasto del gobierno y en eso le han ido convirtiendo a nuestra economía con los ya mencionados insultos, sabatinas, tributos y denuncias de tratados internacionales de protección de inversiones.
Pero desde fines del año pasado, con base en abundantes créditos, se había logrado que el gasto deje de caer y empiece a subir. Y la estrategia se fue volviendo más agresiva con el paso de los meses y con la mayor cercanía de las elecciones. La cereza en el pastel se puso, como es obvio, en el último mes antes de las elecciones para que, con una abundante inyección de recursos en la economía, mucha gente realmente se crea que lo peor de la crisis ya había terminado.
En marzo 2017 el gasto del Presupuesto General del Estado fue de USD 2 455 millones, o sea, un 68% más de lo gastado en el mes de marzo 2016, según información del Observatorio de Política Fiscal. En cuestión de un año, el gasto público mensual creció en 68 puntos porcentuales más que la inflación.
Nunca, en un mes de marzo, incluso ajustando los datos por la inflación, nunca se había gastado tanto del Presupuesto. Fue una brutal inyección de recursos, una manera impresionante de, usando métodos extremos, tratar de revivir a un moribundo. Un sacudón comparable con una descarga eléctrica que, finalmente, logró sacudir la economía. Y dos días después ganaron las elecciones.
Pero eso no es todo. Del gasto total, más de la mitad fue financiado con déficit. O sea, los ingresos de ese mes fueron de únicamente USD 1 215 millones y con gastos de USD 2 455 millones, el déficit fue de USD 1 240 millones. Y el déficit se cubre con deuda (o comiéndose los ahorros). En otras palabras, para gastar esa cantidad récord, para inyectarle al país un montón de plata antes de las elecciones, de cada dos dólares gastados, uno vino de deuda.
A Julio César lo asesinaron en las festividades religiosas de los idus del mes de marzo del 44 AC, en los famosos “Idus de Marzo” y ese fue el fin de la República Romana. ¿Qué significarán los “Gastos de Marzo”?