El fútbol es, por cierto, el deporte preferido en nuestro Ecuador. Es el número uno y está a larga distancia de los demás. Se ha dado el lujo de llegar a tres mundiales, el primero de los cuales fue en el año 2002 en el Japón, al que tuvimos el gusto de asistir, cumpliendo labores periodísticas. El segundo fue en Alemania y el tercero en el Brasil.
Están terminando las jornadas eliminatorias para el Mundial 2018 y prácticamente nuestra muy estimada Tri yace eliminada y con otro director técnico. No pudimos, pues, llegar a Rusia aunque nos faltan dos encuentros. Uno de ellos con Argentina, un país futbolizado al que derrotamos en Buenos Aires, al comenzar las eliminatorias, aunque usted no lo crea. Más aun, ganamos los primeros cuatro partidos y nos ubicamos en la punta. El panorama se fue oscureciendo y ahora hasta cambiamos de entrenador para los encuentros finales con Chile y Argentina. La inquietud final se condensa en una triste pregunta. ¿Nos despediremos del Mundial derrotando a los che gauchos en nuestra casa? ¿Qué pasará en el futuro? Lo cierto es que el equipo ecuatoriano fue perdiendo calidad y fuerza y el director técnico Quinteros terminó enojándose con los directivos y con los aficionados que le acusaron de ser hincha del club Emelec.
Con este soñado fútbol sucedió algo especial. Fuimos eliminados en la Copa Mundo y funcionaron varios equipos en la Copa Libertadores. Como el caso de Barcelona que superó al brasileño Santos -el club de Pelé- y se ganó unos buenos dólares para terminar de pagar sus deudas. La Liga o LDU, enfrenta un mal año pero casito elimina otra vez al Fluminense. Pero la “leche” favoreció al equipo brasileño. Sumando todo, el fútbol es el deporte super uno del Ecuador y lo será para siempre, con sus lógicos pero inevitables altibajos.
Miremos también al que era identificado como el deporte número 2 del país. El básquetbol. Allá por los años cincuenta llenaba el coliseo Julio César Hidalgo en Quito, el Guayas era una potencia, varias veces campeón nacional, con sus quintetos Ferroviarios, Athletic, LDE y sus jugadores Sandiford, Arroyave, Muñoz, Nicolás Lapentti y cien más. Hoy Guayas no puede formar un equipo calificado. Pichincha no podía ante Guayas pero tenía sus baluartes como el equipo de 1952, campeón de Quito, que logró arrebatar el título al club Mercantil, ocho veces campeón. Con la circunstancia interesante de que los integrantes del campeón pichinchano del 52 (LDU) viven todavía a estas alturas: Marcelo Holguín, Santiago Oleas, Gonzalo Patallucha Cevallos, Rodolfo Arroyo, Jorge Ribadeneira, Carlos Cadena, Fausto Morales, Eddie Prado, Nicanor Fabara. Claro, con más de 80 años. Todo tan grato que el periodista Jaime Naranjo está avanzando al final de un libro que enfoca con entusiasmo esas épocas y esos basquetbolistas y se titula “Anécdotas del Básquetbol”. Un grato esfuerzo dedicado a un hermoso deporte que en el Ecuador fue mejor antes que hoy.