Hasta el siglo pasado, en la mayoría de los países del mundo las mujeres no tenían los mismos derechos de libertad e igualdad que los hombres. Desde comienzos del año 1900, las mujeres empezaron a organizarse formando congregaciones que eran muestras de incansables jornadas de lucha por la equidad de género y la igualdad de derechos, entre ellos, el derecho al sufragio.
Muchos acontecimientos trágicos han tenido que acontecer para que la mujer sea reconocida y protegida con igualdad en las actuales legislaciones, como por ejemplo, el trágico incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, donde murieron 146 trabajadoras textiles, lo que obligó a importantes cambios legislativos en las normas de seguridad y salud, laborales e industriales de la época.
Es indiscutible que la mujer de hoy ocupa un sitial preponderante en la sociedad; ella dejó de ser una simple “ama de casa” y educadora de sus hijos, como se la consideraba antes. En la actividad empresarial, podemos constatar que hoy muchas de las empresas multinacionales y nacionales están presididas o administradas por mujeres.
Aparte de los negocios, la participación exitosa de las mujeres en otras áreas como en la política, es evidente: Argentina está presidida por la señora Cristina de Kirchner, Brasil, por la señora Dilma Rousseff y Costa Rica, por la señora Laura Chinchilla; la política internacional de los Estados Unidos está a cargo de la señora Hilary Clinton; la primera ministra de Alemania, quien realmente es la que maneja ese país, es Jan Angela Berkel, e Inglaterra, estuvo muchos años manejada por la Dama de Hierro, la señora Margaret Thatcher.
La mujer trabajadora, aparte de ejercer sus funciones con responsabilidad en la empresa o en la institución en que labora, en la posición que fuere, así como la que tiene la suerte de ser solo ama de casa, es la verdadera administradora de su hogar.
Aquello del sexo débil quedó descartado hace muchos años. Para demostrar lo contrario, esto es, que son más fuertes que los hombres, basta considerar que la mujer mantiene dentro de su vientre durante 9 meses, a una criatura que cuando da a luz pesa entre 7 y 8 libras. Una de las grandes virtudes de la mujer es el amor que irradia a sus familiares; ellas nos hacen la vida más placentera a los hombres, digan lo que digan machistas que acostumbran burlarse de ellas.
Lo que lastimosamente existe en muchos países y particularmente en el Ecuador, es la violencia contra las mujeres, a la que hay que ponerle fin a como dé lugar. Es necesario que nuestros sistemas judiciales las protejan por sobremanera. Desgraciadamente la mujer en la mayoría de los países todavía no vive en niveles de igualdad en el acceso a los derechos que los hombres. Hago votos porque eso cambie pronto.