¿Por dónde nos llevan?

El Gobierno nos ofreció un plan tri anual, apoyado por el FMI y otras multilaterales, para sacar a la economía nacional del marasmo en que la dejó el Socialismo del siglo XXI: déficit fiscal insostenible, administración pública adiposa, costos exagerados para producir, dolarización amenazada, riesgo país por las nubes.

Íbamos avanzando, y haciendo progresos, con los tropiezos normales, hasta hace pocos días. El Gobierno decretó el fin del subsidio a los combustibles para el transporte terrestre; el Presidente en cadena nacional repitió al menos una docena de veces que la decisión era irreversible. El Vicepresidente advirtió que el fin del subsidio era indispensable para salvar la dolarización. Solo para después ceder ante el levantamiento indígena.

Ahora la Conaie, no sólo que se le delega fijar la política de combustibles, sino que se atribuye el derecho a condicionar a la política económica. El programa requería aumento del IVA. Se desiste de proponerlo. Hay un proyecto de modestas reformas laborales para alentar nuevas contrataciones. A última hora, se anuncia que no se lo incluirá en el proyecto urgente centrado en la reforma tributaria, sino por cuerda aparte, no urgente. Está destinado al congelador.

El éxito del plan giraba en lograr un repunte de la inversión privada para sacar al país del estancamiento. Los incentivos se concretaron en la ley de fomento productivo. Pero para el inversionista, lo más importante es reducir la incertidumbre al mínimo. Quiere tener una idea clara de en qué invertir. Hoy, hemos perdido la hoja de ruta. La incertidumbre, al máximo. Es necesario que las autoridades lo antes posible reformulen el plan, lo anuncien, y den nuevas pautas para la inversión.

¿Cogobierna la Conaie? ¿Es cierto que la dirigencia indígena dará las pautas del manejo económico? ¿Se tolerará la violencia contra las operaciones mineras? Este mes fue destruido el campamento de la mina Río Blanco, en Molleturo.

¿Cómo se va a enfrentar el déficit, sin alza ni del IVA ni los combustibles, y restringido el desarrollo del campo petrolero Ishpingo, el único con importantes reservas?

¿Qué iniciativas hay para la reducción de costos de producción, ahora que se pospone la reforma laboral?

Sin incremento de ingresos por los combustibles, ¿Se mantendrá la reducción de aranceles para insumos y la promesa de devolución automática de impuestos incorporados a las exportaciones?

Cuando se utiliza Waze o Google Maps, ni bien uno se desvía de la ruta sugerida por el programa, o surge un imprevisto (paso interrumpido), el algoritmo instantáneamente nos ofrece la mejor vía, dada las nuevas condiciones. Eso es lo que se necesita urgente: la ruta, re programada; un Waze de la política económica. ¿Por dónde nos llevan señores?

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