¿Lista de enemigos?
Reiterando que quienes falsificaron las firmas de adherentes a partidos o movimientos políticos, no han advertido el daño que causan al civismo del Ecuador, al prestigio de los comicios populares y a la democracia en sí, hemos constatado -con profunda pena- lo que algunos ciudadanos piensan cuando acuden a presentar la denuncia.
El día lunes próximo pasado, por razones de trabajo asistimos al edificio de la Fiscalía de Pichincha, de la calle Roca. Se advertía gran cantidad de personas apiñadas en el interior esperando turno para presentar su denuncia. En pisos superiores, también. Pero en una y otra partes fue desconsolador escuchar por qué lo hacían. A mí me molesta la falsificación, pero en el comicio anularé mi voto. Casi en réplica, otro informaba que es empleado del Estado y si aparece firmando adhesión a un partido de la mayor oposición al Gobierno, quizá de la propia oficina comenzarían a convertirle la vida “a cuadritos” reprochándole falta de lealtad al Gobierno y que le hostilizarán al extremo de obligarle a renunciar.
Un tercero decía que recibe el bono solidario y si por la firma falsificada aparece adherido a un partido de oposición al Gobierno, otros beneficiarios le han dicho que le quitarán el bono.
Y así, una decena de ángulos de miedo, de cálculo, de inseguridad.
Probablemente es hora de dar alerta a las personas del alto poder, para que revisen minuciosamente la condición de algunos a quienes se les ocurren ideas ciertamente malvadas y dañosas, como esta de obtener firmas de algún registro, imitarlas, falsificarlas, en ocasiones ni siquiera intentando parecer al original, sino al apuro, como salga, porque lo importante es cobrar. Igual con los recolectores de firmas para entrega, por precio, a determinados candidatos.
En algunas actividades se está observando la posible intervención de personas con estas malas tendencias. Al parecer, ya han desacreditado los concursos de merecimientos, a base de trámites que se prestan para favorecer, o no, a un concursante.
Se los ve atrás del proyecto de Código Penal Integral, creando pena de cárcel por todo.
¿Qué sucederá con los trámites judiciales si, en buena o mayor parte, deban utilizar internet? Con las falencias que estamos observando en el Poder Electoral, asistido de computadoras y tanta tecnología, ¿cuánta fe y aceptación merecerán el trámite de las causas judiciales y las sentencias de los jueces?
Caballeros del alto poder y también los contrarios: cuiden lo que hacen otros, porque por lo que hacen mal los otros, en el campo político pagan las consecuencias los jefes.
¿Acaso están creando una lista de enemigos del Gobierno, y con qué propósito?
¿Los políticos no tienen un partido organizado y deben buscar firmas de relleno en época electoral? Si los tuvieran, sería difícil que suceda lo que hoy acontece.