¿Se retorna a lo de 1998?

El seguro de desempleo es la más reciente oferta del Gobierno, que señala que será materia de una ley urgente, para que en semanas esté vigente.

En el Ecuador ya existe, desde décadas atrás, ese seguro como prestación de cesantía en el régimen de la seguridad social, pagada la cobertura de ese riesgo con aportación personal de los trabajadores activos y patronal de los empleadores. También, el riesgo de desocupación y retiro fue la razón de ser de los fondos de reserva, cuyo régimen fue alterado por el actual Gobierno, incentivando que no se acumulen como un ahorro por el trabajador, sino que se pague y gaste mes a mes, salvo oposición del trabajador.

¿Es mejorable la normativa de cesantía– desempleo?, claro que sí; y, debe hacérselo.

Pero el Gobierno quiere el impacto publicitario de un nuevo “seguro de desempleo”. Sin embargo, como esta propuesta se da en el momento de un riesgo de implosión económica y social, con despido sin indemnización de miles de contratados en el sector público y de separación de trabajadores del sector privado, con indemnizaciones, por caída de producción, de ventas, por reducción de jornadas, entre otras argumentaciones, se está recordando que en la crisis de 1998 –con el presidente Mahuad- luego profundizada el año 1999, con el arrasamiento de la economía ecuatoriana, también se “tendió la mano” a los desocupados, sin ingreso estable, con la creación del llamado “bono solidario”, luego llamado “bono de desarrollo humano”.

Todo ser humano, en primer lugar, quiere ingresos estables, sea porque se le permita invertir, sea porque en su ocupación u oficio tiene quienes demanden sus servicios, sea por ocupar un empleo. Pero como en los días que vivimos se cierra esa oportunidad, todo lo que le permita sobrevivir, aun con limitaciones, será bien recibido.

El fantasma que angustia a sectores de ingresos medios -también a los de bajos ingresos- será que se convierta al Ecuador en colectivos de mínimos ingresos de sobrevivencia, lo que ha caracterizado a países socialistas. Por eso, y no por razones ideológicas, la migración de dichos países a países capitalistas. Sin embargo, los entornos gobernantes se enriquecen. ¿De dónde y cómo las grandes fortunas rusas y chinas -solo para citar a las dos potencias comunistas- que compran equipos de fútbol y jugadores, entre otros derroches, que contrasta con la pobreza de décadas de los sectores medios y de bajos ingresos?

¿Cómo se va a financiar el nuevo seguro para desempleados?, ¿el Gobierno con sus finanzas destrozadas?, ¿el IESS afectado por todo lo que le ha privado el Gobierno y por la inmensa carga de afiliados no suficientemente contributivos de los últimos años?, ¿por mayor aporte de empresarios y trabajadores activos?

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