La incertidumbre de un nuevo conflicto armado global, debido a la escalada de tensiones en el eje Irán-Israel que podría traer consecuencias de inestimable gravedad al mundo entero, me llevan a escribir estas reflexiones que además de despertar la sensibilidad de todos busca derramar luz sobre la capacidad que tiene el deporte para promover la coexistencia pacífica
El significado de la homilía del Jubileo del Deporte de León 14 en un período de tensión global
La situación de guerra que viven Irán, Israel, Palestina, Rusia, Ucrania y Yemen amenaza una vez más a la humanidad con devastación y sufrimiento. La reciente homilía del Papa León XIV en el marco del Jubileo del Deporte, tiene un significado muy profundo del cual emana la “verdadera esencia de la humanidad y que nos recuerda que el deporte, una actividad humana valiosa, es en cierto modo un reflejo de la infinita belleza de Dios”. El Papa, quien en sus primeras intervenciones ha mostrado una cercanía por el Deporte, subraya que una guerra puede verse “como la principal expresión del individualismo radical, ya que desplaza el énfasis del “nosotros” al “yo”, lo que resulta en una falta de preocupación genuina por los demás. El deporte enseña el valor de la cooperación, el trabajo en equipo y el compartir. Así, el deporte puede convertirse en un importante medio de reconciliación y encuentro. Se trata de entregarse a los demás”.
El Papa Juan Pablo II, también fue un apasionado por el deporte. En su juventud llegó a jugar como portero del MKS de su ciudad natal Cracovia en Polonia y también se le recuerda por participar en partidos amistosos entre judíos y cristianos, así como en otras iniciativas por la paz durante su pontificado. En su homilía del Jubileo del Deporte de 1984 subrayó que “El deporte es alegría de vivir, juego, fiesta. Como tal, debe fomentarse… recuperando su pura gratuidad, su capacidad de forjar lazos de amistad, de fomentar el diálogo y la apertura hacia los demás… al margen de las duras leyes de la producción y el consumo y de cualquier otro enfoque puramente utilitario y hedonista de la vida”.
Herramienta de cohesión social y diálogo
En medio de esta coyuntura tan compleja traigo a mi memoria una de las experiencias profesionales más profundas e inspiradoras, que la viví durante el Mundial de Catar 2022. Mi misión consistió en impartir una clase magistral de fútbol sobre los ODS a un grupo de 30 adolescentes de diferentes países y culturas, incluyendo Palestina, Israel, Egipto, Irán, Estados Unidos, Catar, Pakistán y Alemania, entre otros, como parte del Festival de la Fundación Generation Amazing, brazo de legado del Comité Organizador de la Copa del Mundo, que a mi criterio quedará por mucho tiempo como el más transformador de la historia. Este festival propició un espacio fantástico e inspirador para el aprendizaje y la celebración del fútbol como herramienta universal de cambio. Durante unas horas, estos jóvenes, la mayoría provenientes de entornos de refugiados e incluso de contextos de guerra, dejaron de lado prejuicios culturales y nacionalidades para ser simplemente niños que se divertían y disfrutaban de la magia del encuentro. Sin importar el idioma que hablaran, todos pudieron comunicarse entre sí a través del lenguaje universal del fútbol.
El deporte como constructor de coexistencia pacífica en Ecuador y otros contextos
La búsqueda de entendimiento en situaciones de conflicto no debe limitarse a una respuesta emergente a los contextos de guerra. El mundo y nuestro país se enfrentan a otros tipos de conflictos, como la violencia contra los refugiados, las disputas entre pandillas y las agresiones raciales, que exigen esfuerzos tan o más significativos.
Desde 2022, Ecuador libra un conflicto interno que ha desencadenado una ola de violencia sin precedentes entre pandillas, policía, barios con afectación directa al bienestar de niños, niñas y adolescentes. Desafortunadamente, esto también ha permeado en los estadios de fútbol que tiene a la problemática de las “barras bravas” como un desafío pendiente que debería tener un abordaje distinto al actual que recae en un enfoque punitivo para dar paso a iniciativas más profundas y preventivas en las que la construcción de cohesión social sea la tónica. Basados en los valores de la diversidad y del disfrute, el fútbol, tiene la capacidad de romper prejuicios, fomentando el entendimiento mutuo a través del diálogo que puede llevar a la cooperación.
En otros contextos como los post-guerra en campos de refugiados africano o el reciente conflicto armado que afectó a Colombia en la primera parte del siglo, el deporte también ha sido usado como un recurso eficaz para el fortalecimiento de la resiliencia, la mejora de comportamientos afectivos y el sentido de pertenencia. Muchos de estos aprendizajes podrían ser aplicables en zonas de Esmeraldas y Guayaquil, donde el tejido social ha sido gravemente fragmentado.
Reflexión final
Como humanidad, es hora de repensar nuestro propio individualismo y las formas en que colaboramos con los demás. Si bien es cierto que el deporte nos enseña a perder, un conflicto armado es la única disputa en la que todos perdemos y con consecuencias devastadoras, en particular para los jóvenes. El deporte ha demostrado ser un poderoso medio para brindar sanación, alivio y esperanza a las naciones devastadas por las consecuencias de la guerra. Una vez más, el movimiento de Deporte para el Desarrollo y la Paz #SFD, en especial las organizaciones de base, debe desempeñar un papel fundamental en el restablecimiento de la convivencia pacífica en el país.
A pesar de que estamos literalmente inundados de información, nuestra sensibilidad respecto a estos temas parece decaer y sumirse en una ola de preocupante indiferencia. El deporte, dada su capacidad mediática y atractivo universal, también debe tomar un rol desde la incidencia y un activismo que apelen a sus valores esenciales.