La falta de creatividad criolla llevó a que nombre a la joven mujer filmada por su marido a la salida de un motel como ‘Lady Tantra’. El uso del ‘Lady’ o el ‘lord’ tiene su origen en las redes sociales mexicanas y se aplica para señalar a personas que han tenido una acción o reacción prepotente o alevosa, que se ha puesto en alguna posición de superioridad, algo que no sucede en el video. Al contrario, la mujer filmada es víctima de una forma bastante cruel de castigo por su infidelidad.
No se trata de justificar o repudiar la infidelidad, algo que corresponde exclusivamente a la vida privada de cada pareja y, forzando un poco las cosas, a sus allegados y familiares, a los únicos que les interesa esa historia; se trata de cómo la difusión en las redes sociales, la filmación, su exposición pública, es una forma de castigo, una sanción social por la infidelidad; así la mujer quedó marcada en su comunidad. Humillarla en el espacio público era el objetivo de subir a las redes sociales las imágenes; dar a conocer su nombre, el lugar donde trabaja equivale a una especie de lapidación social. No tengo duda de que la reacción hubiese sido distinta si el filmado y expuesto era el hombre, que de hecho aparece en segundo plano (no se olviden del caso de Andrés Páez). La reacción diferenciada es resultado claro de la mirada patriarcal que considera el cuerpo de la mujer de propiedad de sus parejas masculinas, algo que incluso llevó a que durante mucho tiempo no se sancionara penalmente al cónyuge varón que “…mata, hiera o golpea al otro, o al correo, en el instante de sorprenderlos en flagrante adulterio…”.
Algunas reacciones daban cuenta de esa idea: “solo le filmó el marido, agradezcan que no le golpeó”. La sociedad patriarcal usó el derecho para tratar de forma diferente el adulterio de la mujer. Montesquieu, justificada que se sancione únicamente a las mujeres afirmando que: “Las leyes políticas y civiles han distinguido con razón estas dos cosas. Ellas han exigido a las mujeres un grado de moderación y de continencia que no exigen a los hombres, porque la violación del pudor supone en las mujeres una abjuración de todas las virtudes; porque la mujer violando las leyes del matrimonio sale del estado de su dependencia natural; porque la naturaleza ha señalado la infidelidad de las mujeres por signos ciertos”. El castigo penal por adulterio de la mujer estuvo vigente en el Ecuador hasta el año 1983.
Esto coincidió con un 8 de marzo extraño (Día de la Mujer), donde estas imágenes circulando velozmente por las redes sociales opacaron el paro de las mujeres (legitimo reclamo contra la discriminación) e incluso relegó a segundo plano la marcha organizada por el oficialismo para recordar el feriado bancario.
Lo sucedido es el mejor ejemplo de cuánto falta para alcanzar una sociedad que trate como iguales en derechos y obligaciones a hombres y mujeres, también refleja el mal uso de las redes sociales que se usaron en este caso como reemplazo de las hogueras destinadas a quemar a las “brujas” para que expíen sus culpas. Lo que pasó debería avergonzarnos como sociedad.