Los consumidores pagan precios internacionales por un producto que no tiene calidad internacional. Petroecuador lanza un plan para usar etanol, que no es una solución final.
Cuando se hace referencia a la calidad de la gasolina en el país hay que considerar dos cosas: el octanaje y el contenido de azufre.
En el primer caso, las gasolinas que se venden en el país tienen entre 85 y 92 octanos, lo cual está bien para vehículos con tecnología de la década de los años 80 o 90. Sin embargo, en las últimas décadas, el mundo ha evolucionado y la electrónica ha ganado espacio en la fabricación de motores, para hacerlos más potentes y eficientes, al tiempo de cumplir normas de emisiones más estrictas.
Esa evolución de los motores también demanda de combustibles de mayor octanaje, lo cual aún no es posible en Ecuador, a menos que se liberen los precios de los combustibles y las empresas importen gasolinas de mayor octanaje.
La otra opción es que la refinería Esmeraldas, la más grande del país, aumente el octanaje de las gasolinas, para lo cual requiere de nuevas inversiones. Los USD 2 300 millones que se invirtieron en el gobierno de Rafael Correa para modernizar la planta no dieron resultados y ahora se requiere de unos USD 1 400 millones más.
Ahí viene el siguiente problema: el contenido de azufre en las gasolinas que salen de la refinería Esmeraldas supera las normas internacionales, lo cual atenta contra la salud de las personas, la vida útil de los motores y daña el ambiente.
Petroecuador dice que las gasolinas cumplen las normas INEN, lo cual es cierto. Sin embargo, la norma nacional es muy antigua. Lo que han hecho las autoridades es mantener normas caducas para justificar la pésima calidad de la gasolina producida localmente.
Esto afecta más a Quito y a la zona norte del país, ya que la Costa y el sur están abastecidas con combustible importado y que contiene etanol.
Ahora se propone usar más etanol para mejorar la calidad de las gasolinas. Mientras tanto, los consumidores de gasolina súper pagan precios internacionales por un producto que no tiene calidad internacional.