No es este el espacio para competir con X, la antigua twitter. Esta K del título trata de otra cosa. Es la economía, estúpido, como decían, la china en este caso, pero quien dice eso, dice también la mundial. China representa casi el veinte por ciento de la economía global, solo por detrás del 25 por ciento abanderado por Estados Unidos. Así que un constipado de cualquiera de las dos, es una neumonía para todos. Por el momento, quedémonos con que esta K, que habla de economía, y en breve veremos por qué.
Antes de las elecciones de 1992, la mayoría de los analistas políticos creían que Bush padre era invencible, principalmente por sus logros en política exterior, como el fin de la Guerra Fría y la guerra del Golfo Pérsico. En ese momento, su popularidad alcanzó un 90 % de aprobación, un récord histórico. Ante este panorama, James Carville, estratega de la campaña de Bill Clinton, sugirió que este debía centrarse en temas más cercanos a la vida cotidiana de los ciudadanos y a sus necesidades inmediatas. Para mantener la concentración en los objetivos de la campaña, Carville colocó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos clave:
- Cambio vs. más de lo mismo.
- La economía, estúpido.
- No olvidar el sistema de salud.
Lo que en un principio no era más que una especie de regla mnemotécnica para mantenerse centrados en lo importante, se convirtió en el auténtico eslogan inoficial de la campaña de Clinton, y finalmente resultó decisivo para derrotar a Bush, cosa impensable de antemano.
Probablemente, el quid del sistema político chino sea la economía. Es ella la que da sentido y legitima su sistema político. No que en otros países no sea así, pero en esos otros países, si la economía no funciona, se cambia de líderes, cosa que en China no se hace. Es por ello que el descenso de los porcentajes de crecimiento de la economía china, junto con el estrés causado por las políticas férreas de encerramiento para luchar contra la pandemia, hayan sembrado ciertas dudas acerca de su modelo de político–económico.
El gobierno chino en los últimos tiempos ha estado ocupado en luchar contra los fantasmas de esa cierta crisis económica, o por lo menos, de una significativa ralentización de su crecimiento económico. Por ello, ha introducido una extraordinaria avalancha de medidas económicas, que han incluido desde la flexibilización monetaria hasta todo tipo de medidas de apoyo a su maltrecho sector mobiliario.
Además, en las recientes Dos Sesiones (Lianghui 两会), que acaban de concluir, y que constituyen el principal foro político del país, marcando el ritmo de lo que realmente se cuece en China, la palabra más mencionada fue “consumo”. Esto refleja la preocupación de que los consumidores chinos, ante la incertidumbre económica, están siendo cautelosos y prefieren ahorrar en lugar de gastar. La falta de confianza está impidiendo que se animen a consumir.
Por otra parte, otro de los mantras de las sesiones ha sido el ahondar en la transformación digital del país, priorizando los adelantos en Inteligencia artificial sobre cualquier otra cosa. Si bien no se han proporcionado detalles sobre un aumento específico en el gasto de I+D tras las “Dos Sesiones”, las políticas anunciadas sugieren un entorno favorable para la inversión en tecnología e innovación en China, por lo que seguirá siendo el segundo país que más invierte en este rubro, un 2´6 por ciento de su PIB.
Hablaba de la K, porque coincidiendo con las Dos Sesiones mencionadas, estuve en Pekín y Shangái, y en ciertos mentideros se hablaba de la K, como metáfora del desempeño económico del país. En este sentido se comentaba que el trazo ascendente / de la K representaba las cosas que van bien, tales como la industria, la inteligencia artificial, las exportaciones…; mientras que el trazo descendente \ se refería a lo que iba mal, el sector inmobiliario, el consumo… En cualquier caso, tanto lo que va bien, como lo que va mal está firmemente anclado en ese trazo vertical I de la letra K, que simboliza todo el progreso conseguido hasta ahora, del mismo modo que en el carácter de Rey 王 (wáng), los tres trazos horizontales 三simbolizaban el cielo, la tierra, y los seres humanos, unidos y gobernados todos ellos por la autoridad del monarca, representada por el trazo vertical l, que atraviesa los tres anteriores.
Muy conscientes de que será muy difícil volver a las desaforadas ratios de crecimiento de antaño, hablar de la K es una manera de relativizar los problemas económicos. Para 2025, se han fijado un crecimiento del 5%. La verdad, que nada mal. Hay K para rato.
José Félix Valdivieso, Director de IE China Observatory, autor del libro “China para los nuevos bárbaros” (Nola editores, junio 2024).