Me contaron que hace poco el Presidente había estado bravo en una sabatina porque alguien le había acusado de ser de derecha. Eso me hizo revivir la pregunta de si este Gobierno será o no de izquierda.
Si bien yo ya tengo una opinión definida sobre el tema, me atrevo proponerle a usted, estimado lector, algunos elementos para buscar una respuesta.
Entre 2006 y 2012, el gasto público en el Ecuador se multiplicó por 2,5 (descontada la inflación) y, según el Banco Mundial, es el más alto de América Latina (después de Cuba). Un crecimiento del gasto público de esa magnitud es, en mi opinión, típico de un Gobierno de izquierda. En cualquier caso, júzguelo usted mismo.
Este aumento del gasto (que podría no ser sostenible en el tiempo) ha sido en todas las áreas. En otras palabras, el Gobierno ha fortalecido su presencia en temas en los cuales ya estaba activo y se ha expandido hacia muchas áreas adicionales. Ya no construye aulas para una universidad, ahora se ha metido a construir ciudades enteras del conocimiento. Ya veremos si realmente las llega a construir, pero la sola voluntad de ir en esa dirección es más característico de los Gobiernos de izquierda. Igual, júzguelo usted mismo.
El Gobierno ha aumentado la inversión pública aunque no necesariamente tenía que hacerlo. Si creaba el ambiente correcto, muchas de las obras de infraestructura las hubieran podido hacer empresas privadas. Pero el Gobierno ha preferido usar sus recursos construyendo carreteras que, con una concesión y un peaje, podían haber sido hechas por privados. Por su ideología, el Gobierno no ha dejado ese espacio a las empresa privadas. Juzgue usted cuál será.
El Estado ha pasado a controlar una infinidad de precios, algunos tan importantes como las tasas de interés. Supongo que hay muchas formas de definir la ideología detrás de una persistente intención de controlar precios. Juzgue usted cuál será.
El Gobierno se ha metido activamente a la producción de bienes y servicios. No solo con las empresas incautadas sino que ha creado nuevas. Por ejemplo, ha impulsado al IESS a tener su banco propio y ha decidido crear su propia empresa de minería. Detrás de esas decisiones tiene que haber una ideología. Usted sabrá cuál es.
El Presidente del Consejo Electoral viajó Cuba para aprender sobre cómo se realizan elecciones y nadie en el Gobierno vio eso con malos ojos. Cuba es un país comunista. Es claro que en el seno del Gobierno, al menos, no se ve mal al sistema electoral de un país comunista. Por favor, juzgue usted.
Y también hay una notable preferencia por la redistribución de la riqueza frente a la creación de riqueza. El célebre comentario de la tortilla refleja esa preferencia (dar la vuelta en lugar de buscar que crezca). Preferir distribuir a producir es característico de la izquierda. Pero sea usted el que juzgue.