La vida de Joao Gilberto, el afamado músico brasileño nacido en 1931 en Juazeiro, Estado de Bahía, estuvo marcada por los claroscuros del éxito artístico y los sinsabores de una precaria situación económica, a pesar de que las regalías por su trabajo pudieron haberlo convertido en un hombre millonario.
Todo empezó a finales de los años cincuenta cuando un nuevo género musical, mezcla de samba y jazz, una fusión explosiva de sensualidad y delicadeza, irrumpió en Brasil de la mano de este joven talento para convertirse pronto en un ritmo popular apreciado en todo el mundo: la bossa nova.
Este joven guitarrista, autodidacta y virtuoso, junto a otro genio musical como Antonio Carlos Jobim (Tom Jobim), fueron considerados desde entonces los padres de la bossa nova. En 1959 apareció su disco más renombrado, ‘Chega de Saudade’, cuyo tema principal, que da el título al disco, se convirtió pronto en un gran éxito comercial y musical.
La fama de Joao Gilberto lo llevó con su música a varios países del mundo, pero fue en los Estados Unidos donde varios de los famosos músicos de jazz fusionaron sus obras con el nuevo ritmo brasileño. Sin embargo, esa misma fama y la fortuna alcanzada vertiginosamente por Gilberto, se esfumaron pronto tras una vida desorganizada en todos sus ámbitos, tanto en lo amoroso como en lo financiero y laboral.
En 1964, Joao Gilberto y Tom Jobin presentaron junto al saxofonista Stan Getz uno de los discos de jazz y bossa nova más exitosos de la historia, ‘Getz-Gilberto’, alcanzando un Grammy en 1965. En ese disco se incluyó por primera vez una canción que recorrería todo el mundo: “Garota de Ipanema”.
La primera esposa de Gilberto, la cantante Astrud, alcanzó también la fama por ser intérprete de varias de sus canciones más reconocidas. Más tarde, quebrado el compromiso con Astrud, se casó con otra cantante brasileña, Miúcha. Años después, tras haber dejado los escenarios y en plena decadencia económica, sus hijos y sus mujeres se enfrascarían en una batalla legal por el control de las regalías y la interdicción de Gilberto.
En 2011 Gilberto había iniciado su caída libre cuando se comprometió a hacer una gira de conciertos y de forma imprevista la suspendió alegando problemas de salud. Entonces fue obligado a devolver un anticipo de seiscientos mil dólares lo que le llevó a ser desalojado del departamento en que residía. Los últimos años de su vida libró una verdadera guerra judicial para que sus derechos económicos sean reconocidos por la disquera que publicó sus discografía más importante. En abril de 2019, un tribunal de Río de Janeiro falló en su favor reconociendo que su casa discográfica debía devolver al músico cerca de cuarenta millones de dólares por regalías y daños a sus derechos morales. Sin embargo, Joao Gilberto no vería ese dinero, pues el 6 de julio de 2019, el músico falleció en un apartamento alquilado en Río de Janeiro. Su familia informó que la muerte se produjo por causas naturales.