Efectos del incremento del IVA

La crisis de la caja fiscal ya llegó al nivel del ahogamiento. Aunque estuvo previsto que el 2016 sería complejo para el país, no se tenía claro desde qué mes se iban a sentir más los efectos de un año empobrecido. Ahora se sabe que era mayo.

Por eso, frente a la realidad, el Gobierno ha tomado el camino más rápido para un reajuste inmediato del impuesto al valor agregado (IVA), cuando han transcurrido apenas cinco meses. Desde el 1 de junio dejó de estar vigente el 12% del IVA, para pasar al 14%, lo que equivale -en lenguaje sencillo- a golpear en forma directa a la base contributiva, que constituye el pueblo ecuatoriano.

El vigente 14% agudizará el nivel de la pobreza, comenzando por quienes se encuentran desempleados, están ocupados a medio tiempo o jubilados, para llegar a cubrir una base gigante que percibe el sueldo básico de 366 dólares. De esa manera se constituye en una prueba más de que siempre es el pueblo el que sostiene cualquier demanda urgente de recursos financieros.

El efecto recaudatorio será inmediato y así se podrá aliviar el deficitario presupuesto público. Pero la paradoja es que se lo hace con un ropaje de ‘Ley de Solidaridad y Corresponsabilidad Ciudadana’. Hasta se podría ironizar: ¡Qué sabe el pueblo de una corresponsabilidad y de solidaridad!

Se excluyen de esta alza del 2%, con lo cual seguirán en la escala del 12%, los alimentos básicos no procesados, las medicinas, las pensiones escolares y también los libros, como concesión piadosa para ocultar la realidad cuyo camino ya está saturado de impuestos.

Esta alza decidida por el Gobierno, a cuya cabeza se encuentra el Presidente-economista, se la titula como “solidaridad ciudadana”. Se hace excepción de Manabí y Esmeraldas, mientras todo el pueblo repartido en las 22 provincias restantes, incluida la de Galápagos, tiene que pagar más dinero de sus modestos o exiguos ingresos.

Al final, toda ley tributaria, como lo es esta, no debía tramitarse con el procedimiento de otras normas que se ocupan de materias fuera de este ámbito económico, porque va directo “al bolsillo de la base popular”. Y fuera de ella (la base popular) no causa efectos onerosos en el sentido de que se trata de gastos que no tienen un impacto psicológico.

Este tipo de leyes sí deja la huella indeleble de la disminución de los gastos diarios para la compra de productos de la “canasta familiar”, elementos que no son percibidos por quienes tienen rangos de salarios entre cuatro y 12 veces o más del nivel básico ya citado.

El 14% del IVA, que a más de haberse difundido a nivel nacional, al momento ya se encuentra vigente para ser cobrado en casi todos los niveles de la sociedad ecuatoriana, generará más empobrecimiento en los amplios sectores populares.

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