Hay decisiones de este Gobierno hechas sin suficiente estudio o reflexión, es difícil entender el razonamiento que ha habido para asumirlas. Voy a comentar solo tres por el limitado espacio.
Desde hace más de un año se oye sobre la intención del Gobierno de derrumbar el gran edificio donde funcionaba el Ministerio de Agricultura en Guayaquil. Esperábamos escuchar razones para esa determinación, pero ahora la discusión está en cómo echarlo abajo sin destruir el entorno y el costo de esta implosión. Siempre supimos que el diseño realizado en Quito durante la dictadura militar no había previsto la necesidad de AC y al colocar la climatización los tumbados quedaron muy bajos para un edificio público, pero nunca oímos de problemas estructurales. El Ing. Gregor, constructor de la obra, participó en el panel del Colegio de Ingenieros del Guayas sobre la destrucción del inmenso inmueble y confirmó que los cálculos estructurales originales fueron revisados por especialistas y el edificio fue hecho “como Dios manda”. ¿Por qué se lo quiere derrumbar? ¿No se lo pudiera vender para hotel, o algún otro uso privado? La moderna estructura de concreto vale decenas de millones.
Estamos de acuerdo con la eliminación de subsidios, incluidos los eléctricos y especialmente para los más ricos. El costo del kW-h, dada la ineficiencia de la empresa estatal que provee el servicio, debe estar alrededor de USD 0.10, entonces un precio sin subsidio y con un buen porcentaje de utilidades sería 0.12 por kW-h, pero cobrar 0.67 es insólito. La electricidad más cara del mundo. Con el clima tropical de la Costa y Amazonía el uso de AC es necesario. Con el exorbitado precio de la energía muchos tendrán que bajar su estándar de vida, o se proveerán de energía propia con combustible subsidiado. ¿Cuál es el real objetivo de esta decisión gubernamental?
Fui a Manabí y esperaba encontrar magníficas carreteras como dice la propaganda oficial. Es cierto que han mejorado ciertas rutas, y está el largo puente sobre la Bahía de Caráquez, pero inexplicablemente el camino a Guayaquil sigue con sectores peligrosos. Pero eso no es lo grave, la carretera de San Vicente a Canoa es increíble, tiene tramos construidos en concreto con ancho exagerado para doble vía y muy angosta para cuatro vías. Eso es muy peligroso pues los volantes los usan como autopista que no lo es, mientras intercalados hay tramos angostos con asfalto viejo y gastado. Es una zona montañosa y los taludes no han sido estabilizados, gastaron demasiado en tramos con exagerada anchura que cuando llueva fuerte serán cubiertos por aludes. Es evidente que no hubo estudios ni planificación, sino otra costosa decisión irracional.