Irán, un paso positivo

El eco que genera muchas veces la agenda noticiosa local hace que ciertos hechos de importancia mundial no se reflejen con suficiente amplitud en los medios de comunicación. En las últimas semanas una noticia que ha tenido muy poco despliegue y análisis de parte de los medios locales ha sido el histórico pacto que se ha logrado con Irán.

El 24 de noviembre en Ginebra, el grupo de los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China), más Alemania, firmaron con Irán un acuerdo que limita temporalmente su programa nuclear a cambio de una reducción de las sanciones internacionales impuestas por estos países.

El acuerdo consiste en lo sigu iente. Irán acepta enriquecer uranio solo al 5% (un umbral muy lejano del necesario para fines militares), se compromete a neutralizar el 'stock' de uranio ya enriquecido al 20% (convirtiéndolo en formas que dificultan su procesamiento para fines militares) y renuncia a instalar nuevas centrifugadoras y reactores de agua pesada. De su parte, EE.UU., Francia, Reino Unido, China, Rusia y Alemania acuerdan relajar las sanciones y desbloquear fondos iraníes por un valor de 7 000 millones de dólares.

Aunque el compromiso firmado abre un período de seis meses para consolidar acuerdos todavía provisionales, es un paso positivo. Porque en lugar de ir por una solución armada, como plantea desde hace tiempo Israel, se ha avanzado por la vía diplomática, dando posibilidades reales para que observadores internacionales puedan verificar e impedir de parte de Irán la fabricación de armas atómicas.

El camino para que se mantenga este acuerdo no es fácil. En primer lugar, uno nunca sabe lo que pueda ocurrir dentro del Estado teocrático de Irán. No obstante, la presencia del presidente Hasan Rohani da mayores garantías, así como el pronunciamiento favorable del ayatolá Alí Jamenei. En segundo lugar, la posición de Israel, así como de los conservadores en Estados Unidos, pueden algún momento boicotear el proceso. La mayoría republicana en el Congreso podría en los próximos días aplicar nuevas sanciones a Irán, pero para ello necesitará la posterior aprobación de la Casa Blanca.

Este acuerdo, pese a lo que pueda significar para quienes están a favor o en contra, es un gran logro de los países del Grupo 5+1. En el caso de Estados Unidos y la administración Obama, puede convertirse en el mayor éxito en materia de política exterior. Pensemos, en contraste, lo que significó la guerra de Iraq y Afganistán.

Aunque no se ha podido avanzar en el desmantelamiento completo del poderío nuclear iraní, es el mejor acuerdo que se ha hecho en medio de las limitaciones y diferencias. Disuade a Irán de su proyecto bélico nuclear y, al mismo tiempo, abre las puertas para una nueva relación de este país con el mundo. Qué bueno que en esta ocasión haya prevalecido el diálogo y no la fuerza de las armas.

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