El invierno apenas ha comenzado y algunas zonas del país ya están afectadas por las inundaciones y las vías cortadas por los deslizamientos.
Esmeraldas, Guayaquil, Chone, Riobamba, Cuenca y Santo Domingo de los Tsáchilas han soportado los más fuertes aguaceros, que en menos de tres horas han producido graves daños a los vecinos, a las calles de las urbes, así como a la vialidad.
Esa fuerza se sintió el martes último en Guayaquil, donde una parte de la ciudad quedó entre el agua, que se acumuló también por la presencia de los aguajes.
Cada vez, la intensidad de las lluvias llega con más crudeza, para lo cual es necesario estar preparados y en alerta, sobre todo si coincide con los aguajes, que igualmente cada vez son más fuertes. No esperemos que nos sorprenda El Niño, del cual ya sabemos que será feroz.
El Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (Ciifen) acaba de publicar su último boletín, que advierte sobre algunas anomalías en la Costa ecuatoriana. Si bien son datos referenciales, como aclara la entidad, las proyecciones hasta marzo apuntan a que existen mayores probabilidades de la ocurrencia de lluvias por sobre lo normal en la Región Insular y en la Costa.
En contraste, el invierno no será igual en la región andina. El Ciifen detalla que las precipitaciones se darán por debajo de lo normal y posiblemente se sentirán altas temperaturas en la Sierra Centro.
Hasta el momento, aún no se tiene la confirmación de la incidencia del evento climático de El Niño en el territorio ecuatoriano, pero se conocen algunas señales de su presencia. Los científicos de la NASA han dicho que los efectos se sentirán en cualquier lado del planeta; es decir, no importa el lugar donde uno se viva.
Si el invierno ha empezado de esta manera tan severa podríamos imaginar que las consecuencias con el fenómeno climático en desarrollo serán mucho peores.