Un año después de haber publicado una investigación que abarca ocho siglos de crisis económicas, financieras y bancarias en diferentes partes del mundo, Carmen Reinhart y Keneth Rogoff, autores de la misma, han escrito un trabajo titulado: Crecimiento en tiempo de deuda. Los autores profesores de las universidades de Maryland y Harvard estudian la relación del crecimiento económico e inflación con la deuda externa. La muestra la forman 44 países y los datos recopilados abarcan los últimos 200 años. La investigación incorpora más de 3 700 observaciones anuales que cubren diferentes sistemas políticos, instituciones, sistemas cambiarios y circunstancias históricas. Entre los hallazgos más importantes está que la relación entre la deuda externa y el crecimiento real de la economía es débil para índices de deuda/PIB de menos del 90%. Para índices de endeudamiento mayores al 90% la mediana de crecimiento cae en un punto porcentual y la media cae considerablemente más. El nivel del índice de deuda pública sobre el PIB es similar entre las economías avanzadas y las emergentes. Sin embargo, cuando se toma en consideración la deuda externa pública y privada, a un índice de 60% en los países emergentes, el crecimiento anual cae cerca de 2% y para índices mayores al 90% la caída es de casi la mitad. Esto debido principalmente a los ajustes que provocan una caída de la producción. En el caso del Ecuador, datos recopilados en el período 1939-2009 determinan que con un índice de endeudamiento de menos del 30% el país creció en promedio de 5,3%; entre 30 y 60% el crecimiento bajó al 5%; entre 60% y 90% el crecimiento fue de 3,2% y más del 90% el crecimiento cayó al 1,5%. Conforme la deuda crece, mayores recursos se necesitan para servirla y menos recursos se asignan al interior. En cuanto a la relación entre endeudamiento e inflación no existe una aparente relación en las economías avanzadas, lo que sí acontece en las economías emergentes en donde la inflación crece conforme la deuda se incrementa. Este trabajo investigativo llega en un momento oportuno en donde el endeudamiento externo está aumentando rápidamente en los países que fueron centro de la crisis del 2008-2009. En el estudio publicado hace dos años, demuestran que en promedio las deudas de los gobiernos centrales crecen en un 86% tres años después de la crisis. Desde 2007 la deuda deflactada de los países que sufrieron una crisis financiera sistémica ha aumentado en un 75%, lo que confirma el hallazgo de los autores. En conclusión, la evidencia empírica recopilada por los autores demuestra la importancia de mantener bajos índices de endeudamiento externo para crecer con estabilidad.