La desinformación y la falsedad son formas de manipular la información. La desinformación (misinformation) se refiere a la difusión de información falsa o engañosa que se difunde a través de rumores, errores de interpretación o falta de contexto, mientras que la falsedad (disinformation) se refiere a la creación de información falsa o alterada con el objetivo de engañar, manipular, causar daño, confundir, polarizar, desacreditar o influir en la opinión pública con fines malintencionados. La principal diferencia radica en la intención. Mientras que la desinformación se produce por error o falta de cuidado, la falsedad es un acto deliberado y malicioso.
Estos fenómenos no son nuevos. Durante la pandemia de COVID-19, se difundió ampliamente la teoría conspirativa de que las redes 5G estaban causando el virus. Esta información falsa se propagó rápidamente en las redes sociales y llevó a actos de vandalismo contra antenas de telefonía móvil. OMS. (2020). Myths about COVID-19.
En Francia, la teoría conspirativa del “Gran Reemplazamieto” sostiene que existe un complot para reemplazar a la población blanca europea con inmigrantes no blancos, con el objetivo de cambiar la identidad cultural y demográfica del país. Esta narrativa ha sido utilizada por grupos de extrema derecha para justificar actos de violencia y discriminación. Verificat (2023) El informe francés que cita Buxadé no habla de sustitución demográfica, sino de la importancia de los inmigrantes en el crecimiento demográfico.
El avance de la inteligencia artificial (IA) y las redes sociales han intensificado y multiplicado la desinformación y la falsedad en línea. La IA permite a las máquinas realizar tareas como el reconocimiento de imágenes, el procesamiento del lenguaje natural, la generación de texto o la síntesis de voz, por ello se puede usar para crear desinformación y falsedades de varias formas, por ejemplo:
- Generando contenido falso o manipulado, como imágenes, vídeos, audios o textos que parecen reales, pero que no lo son. Estos contenidos se conocen como deepfakes, y pueden usarse para suplantar la identidad de personas, crear noticias falsas, difamar a alguien o alterar la historia. Por ejemplo, el uso de la imagen de varias artistas famosas para crear videos pornográficos, Gal Gadot, Emma Watson, entre otras.
- Amplificando o difundiendo contenido falso o manipulado, usando bots, algoritmos o redes sociales para hacer que llegue a más personas, generar reacciones emocionales, crear cámaras de eco o desinformar a la audiencia. Por ejemplo, circularon por redes sociales imágenes falsas generadas por IA de una supuesta detención del expresidente Donald Trump y del Papa Francisco con un abrigo acolchado.
- Atacando o desacreditando contenido verdadero o legítimo, usando técnicas de desinformación, falsificación, suplantación, sabotaje o ciberataques para desmentir, desviar la atención, desinformar o desestabilizar a las fuentes de información confiables. Como ocurrió en las elecciones americanas de 2016 con el caso Cambridge Analytica.
El uso de la inteligencia artificial para crear desinformación y falsedades implica varios riesgos para la sociedad, la democracia, la seguridad, la salud, el medio ambiente, la economía, la educación, la cultura y los derechos humanos, y pueden tener consecuencias graves para la vida, el bienestar, el desarrollo o la sostenibilidad de las personas y el planeta, según el Reporte de riesgos globales del 2024 del Foro Económico Mundial, algunos de estos riesgos son:
- El deterioro de la confianza en las instituciones, los medios de comunicación, la ciencia y la verdad, lo que puede erosionar el tejido social, la cohesión, el diálogo y el consenso.
- La polarización y la radicalización de la opinión pública, lo que puede aumentar la división, el conflicto, la violencia y el extremismo.
- La interferencia o la influencia en los procesos electorales, políticos o diplomáticos, lo que puede socavar la legitimidad, la soberanía, la estabilidad y la paz.
- La violación de la privacidad, la dignidad, la reputación o los derechos de las personas, lo que puede causar daños psicológicos, legales o económicos.
- Posible incapacidad de las plataformas de redes sociales de rastrear, atribuir y controlar los flujos ante múltiples campañas superpuestas.
- Personalización de los destinatarios y contenido dirigido a grupos específicos, como las comunidades minoritarias.
Para prevenir o combatir el uso de la inteligencia artificial para crear desinformación y falsedades, se requiere una acción coordinada y colaborativa de diversos actores, como los gobiernos, las empresas, los medios de comunicación, la sociedad civil, la academia y los individuos. Algunas de las medidas que se pueden tomar son:
- Verificar las fuentes antes de compartir información, verificar su origen y la credibilidad de la fuente.
- Verificar las fechas exactas de los eventos y las fuentes al momento de consultar información, ya que los enlaces y los informes pueden ser actualizados o modificados.
- Buscar múltiples fuentes, desinformación e identificar aquellas confiables, independientes y plurales para comparar la información de diferentes fuentes y obtener una visión más completa.
- Mejorar la calidad, la veracidad, la relevancia y la accesibilidad del contenido informativo, educativo y cultural, un ejemplo de ello es la iniciativa Junio Report.
- Fomentar y apoyar la investigación, la innovación, la educación y la capacitación en el campo de la inteligencia artificial, y promover el desarrollo de soluciones técnicas, metodológicas o sociales que contribuyan a detectar, verificar, corregir o eliminar la desinformación y la falsedad.
- Ser críticos con lo que se lee, es decir, no creer todo lo que se lee en internet. Desconfiar de las afirmaciones extremas y buscar evidencia que las respalde.
- Educar a otros, ayudar a amigos y familiares a identificar la desinformación y a evaluar la información, promoviendo el pensamiento crítico a través de la identificación delas técnicas utilizadas para difundir información falsa.
- Desarrollar y aplicar normas, regulaciones, leyes y/o principios éticos que garanticen el uso responsable, transparente y seguro de la inteligencia artificial, y que protejan los derechos humanos, la democracia y el interés público.
La desinformación es un problema global que requiere soluciones globales. Por ello, han aparecido varias organizaciones dedicadas a la verificación de hechos, de la veracidad del discurso público y promover la transparencia en las instituciones y educar a la ciudadanía sobre cómo consumir y producir información de forma crítica y responsable.
En Ecuador existe Ecuador Chequea y Ecuador Verifica, que articulan a medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil y universidades, para combatir la desinformación, verificar la veracidad del discurso de los candidatos y desarrollar herramientas que permitieran a la ciudadanía decidir con base en información certera.
Es importante usar y difundir el trabajo de estas organizaciones y colaborar con ellas para combatir la desinformación y la falsedad. Asimismo, es necesario desarrollar nuestras propias habilidades de verificación de información, y ser conscientes de los riesgos que implica el uso de la inteligencia artificial para crear y difundir información falsa o manipulada. Solo así podremos proteger la verdad, la democracia y los derechos humanos.