En un intento por tratar de frenar el proceso de desmembramiento y debilitamiento de la Unión Europea, los máximos líderes de Francia, Alemania, Italia y España se reunieron este lunes en Versalles para buscar alternativas. Uno de los principales acuerdos ha sido fortalecer el proceso pero hacerlo a distintas velocidades.
Esto permitiría que cada uno de los países miembros vayan avanzando a su propio ritmo, posibilitando que aquellos que tienen dificultades no frenen el deseo de otros de ir más rápido. Es algo que ya ocurre con la zona euro. De los 27 países que son parte del espacio Schengen, únicamente 19 Estados han adoptado el euro como moneda oficial.
En el transcurso de las próximas semanas la primera ministra británica, Theresa May, va a oficializar el Brexit. Es decir, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, tras el referéndum de junio de 2015. La separación de Gran Bretaña ha agudizado la crisis y ha puesto en duda el ambicioso proyecto de hacer de Europa un bloque sólido, unido y próspero.
Da la impresión que la Unión Europea tiende a descarrilarse. Pero esto se da no solo por la salida de los británicos. Europa no logra recuperarse de la crisis financiera del año 2008. En términos de crecimiento económico no solo se ha dado una severa contracción del PIB sino en algunos países se ha prolongado la recesión. Esto junto a preocupantes tasas de desempleo, déficit fiscal, alto endeudamiento público y aparecimiento de la pobreza en ciertos sectores de la población por el debilitamiento del Estado de bienestar.
España, por ejemplo, proyecta para el año 2017 una tasa de desempleo del 18,2%. La situación es peor para los menores de 25 años. El índice de desempleo en jóvenes es del 42,2%. Cifra que no ha cambiado significativamente pese a que este país creció en el 2016 relativamente más que otros de Europa. A más de ello, la crisis migratoria y el aumento de los atentados terroristas han contribuido al florecimiento de los populismos de ultraderecha. Aupados por el triunfo del Brexit en Gran Bretaña y de Donald Trump en Estados Unidos, el holandés Geert Widers o la francesa Marine Le Pen tienen posibilidades de salir electos. Ambos experimentan un espectacular aumento de apoyos por los anuncios de implantar severas medidas contra la inmigración y, como podrá colegirse, de salir de la Unión Europea.
Como puede apreciarse, no soplan vientos en favor del proyecto de integración europeo. Preocupa que esta estrategia por mantener el barco a flote y de avanzar sin prisas se concentre principalmente en mantener un mercado único.
La necesidad de una unión económica y monetaria, de mantener una política coordinada de inmigración, protección de fronteras, combate al terrorismo y de la defensa es fundamental. Esperemos que estos momentos de desorientación y desconcierto sean superados. Por el bien de Europa y de todos.