1. ¿Cómo puede el país acceder al mercado de capitales?
Todo país puede hacerlo. No existe norma específica que impida o elimine esa posibilidad. Ahora bien, cada caso amerita una evaluación del riesgo y determina las condiciones en las cuales podría obtener los recursos que busca o requiere. Si la política económica demuestra su solvencia, ofrece resultados tangibles, mitiga los riesgos, los mercados de capitales con seguridad estarán interesados en realizar operaciones cuyos contenidos sean razonables para las partes. Buenos plazos, tasa de interés tolerables o compatibles con la capacidad de pago, garantías, etc. Hay países que incluso se dan el lujo de ofrecer tasas negativas, es decir que el acreedor paga por el crédito en lugar de recibir un rédito. Y, aunque parezca increíble, hay mercado para esas operaciones.
En cambio, si la historia crediticia no es muy buena, con atrasos en pagos, desconocimiento unilateral de obligaciones, a lo que se une una realidad del momento frágil, con seguridad el tamaño del mercado disponible para asumir un riesgo de esas características será menor, posiblemente muy pequeño; y, las condiciones crediticias estarán en niveles onerosos. Plazos cortos, tasas altas con márgenes superiores a los que reciben otros países de tamaño similar, garantías más duras e incluso manejo directo de los recursos prestados.
Hay, en definitiva para todos, pero con un límite indiscutible de acceso. Conforme aumenta la exposición y se compromete montos mayores para el pago de intereses y amortización, más difícil será conseguir nuevas transacciones.
2. ¿Es viable buscar un nuevo perfil de la deuda?
Siempre lo es. Todo va a depender de la consistencia con la cual se realice el planteamiento. Por ejemplo, si la propuesta no está acompañada por un plan que permita modificar la perspectiva de la economía, enfrentando las amenazas y resolviendo los desequilibrios, la postura de los acreedores con seguridad será reacia a atender el planteamiento.
En este tipo de negociaciones, la transparencia con la cual se plantea la propuesta es vital para conseguir la meta. Por eso, si los acreedores sienten que están siendo utilizados por el país deudor, que no tiene afán de enmienda, sino que buscan poner toda la carga del ajuste en sus hombros, es de esperar encontrar un ambiente hostil.
3. ¿Cómo puede el nuevo gobierno apuntalar la dolarización?
Con un programa económico que respete los principios en los cuales se asienta este modelo. Básicamente con un manejo ordenado y equilibrado. Con consistencia para disponer de una actitud proactiva de los agentes económicos, pues son ellos los que permiten viabilizar este planteamiento.
El gobierno debe ser eficiente en cumplir sus obligaciones. No puede o no debe mantener una gestión desproporcionada a la carga que pueden aguantar las actividades privadas para ser competitivas. En síntesis, la dolarización tiene en la confianza a su agente social y comercial más importante. Y eso significa respetar los paradigmas macroeconómicos.
4. ¿Cómo ve la agenda que los empresarios planterían al nuevo gobierno? ¿Qué debe ser prioritario?
Me parece constructiva. Ojalá exista un diálogo real, constructivo, con compromiso y no sea una repetición de conversaciones intrascendentes, de poca monta, que además no llevaban consigo el afán de buscar entendimiento.
Si estos diálogos se asientan en un verdadero propósito de enmienda por parte del nuevo gobierno, será indispensable ofrecer resultados que confirmen esa disposición. Es decir, llegar a acuerdos que culminen en decisiones que con claridad, sin subterfugios vayan a cambiar las raíces de la incertidumbre, de la desconfianza, que a lo largo de muchos años, mediante amenazas, maltratos, imposiciones desproporcionadas, cambios repentinos y continuos han retraído la conducta de los agentes privados. Otra vez aparece la confianza en el centro de esta reflexión.
5. ¿Cómo generar empleo y dar estabilidad en el corto y mediano plazo?
Precisamente para cambiar la realidad laboral, es indispensable disponer de una política que asegure un tratamiento certero a la inversión privada. Lo ocurrido en los últimos dos años confirma, una vez más, lo desastrosa que es una política económica que abandona, reprime o ataca a las actividades productivas. Sólo consigue transferir los daños a los estratos sociales populares. Y, sino vean estas cifras: Desde diciembre del 2014 hasta el 30 de marzo de este año, se destruyeron 343 000 puestos de trabajo formales o adecuados. Es decir el 10% de aquellos que tenían un empleo a tiempo completo, con todas las prestaciones y con cobertura de los salarios legales.
En cambio, la informalidad representada por el subempleo, el empleo inadecuado, el no remunerado (?) y los desemplados, llegaron a ser el 61% de la población económicamente activa (PEA), dejando apenas el 39% para la contratación formal.
Sin inversión privada no existe posibilidad de crear bienestar, de ofrecer una vida digna, de crear riqueza, de distribuirla. En fin, de tener un horizonte.
6. ¿Qué le parece la ley sobre cuentas en paraísos fiscales para empleados públicos?
Poco útil. La calentura no está en las sábanas. El control de la corrupción requiere primero educar en valores y eso empieza por la familia, pasa por el barrio, se consolida con la educación. Segundo, demanda demostrar con el ejemplo. Disponer de controles eficientes y comprometidos con el manejo escrupuloso de los bienes públicos, así como de un sistema judicial confiable, profesional, independiente..
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