Si no viene el capital de Norte a invertir en los países del Sur del continente, los trabajadores del Sur seguirán emigrando hacia los Estados Unidos, en forma legal o ilegal, porque necesitan subsistir en este mundo injusto y porque las empresas de allá requieren de trabajadores en puestos como la industria de la construcción, el ´cuidado de los ancianos, enfermería, labores de limpieza y mano de obra para la logística de la vida económica de los Estados Unidos.
Las amenazas de Trump de expulsar a los trabajadores ilegales perjudican también a las empresas que pagan menores salarios y que los necesitan porque ya están preparados. También convienen a los países de origen de los emigrantes porque destinan sus remesas a mantener a sus familiares, lo que aumenta el consumo de bienes necesarios para la vida.
Si la amenaza de disminuir o encarecer las importaciones provenientes del resto del mundo en verdad se la aplica, también habrá más mano de obra disponible y necesitada que de cualquier manera se irá a Estados Unidos. El mundo ya no es de los estados proteccionistas, sino de los que son más productivos. En el caso del Ecuador no habría afectación porque sus exportaciones de productos no petroleros se las hace compitiendo con otros proveedores, porque no tiene un Acuerdo de Preferencias Arancelarias.
Si las políticas públicas de Trump afectan a las inversiones en el Ecuador, hay otros países como China que desean hacer negocios, si las condiciones son rentables. Si su influencia es negativa en los créditos de los organismos multilaterales habrá otras fuentes que puedan prestar dinero a un país en desarrollo serio y confiable.
En lo atinente al comercio de materias primas como petróleo y minerales metálicos puede haber cambios en los precios, pero siempre que le favorezca a las exportaciones de los Estados Unidos. Entonces no cabe esperar disminuciones drásticas que puedan afectar al Ecuador.
Pero habrá que ver si el dólar mantiene su fuerza y poder respecto de las demás monedas del mundo, en cuyo caso sus fluctuaciones sí afectarían a un país dolarizado como el Ecuador, en el sentido que si se fortalece perjudicaría a las exportaciones ecuatorianas, porque se encarecerían.