El inicio de clases

Como todo lo que es nuevo, la implantación de un sistema geográfico de circuitos y zonas para las inscripciones en los planteles educativos, que empezaron clases esta semana en el régimen Sierra, trajo problemas organizativos.

La puesta a punto del sistema informático y la congestión habitual de los padres por alcanzar matrículas se evidenció en reclamos y colas. Sin embargo, la autoridad informó que los problemas representaban al 2% de la población escolar y que durante el mes de septiembre se iba a atender todos los casos pendientes.

La verdad es que la presión inicial bajó de tono y las demandas de los padres de familia se sustanciaron paulatinamente.

El compromiso oficial es atender los casos de alumnos que estén fuera del perímetro de 4 kilómetros a la redonda de la vivienda, puesto que el objetivo de la zonificación era facilitar el traslado de los educandos desde su casa a la escuela. Hay reclamos de niños que fueron reubicados a mayor distancia teniendo cerca un recinto escolar. Pero el problema de fondo se centra en la calidad de la educación en un país donde las brechas de infraestructura y excelencia académica son evidentes.

En cuanto a la formación de los maestros, hay notorias inconsistencias. Es de esperar la sensibilidad de las autoridades y una acción continua y coordinada de maestros, padres y el Ministerio del ramo por elevar el nivel de la educación, el reto de todo un país.

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